miércoles, 25 de mayo de 2016

MARÍA AUXILIADORA DE SAN VICENTE REGRESÓ EN PROCESIÓN AL COLEGIO


Tres días después de la procesión de la Divina Pastora de San Antonio, las calles del barrio de San Lorenzo volvieron a ver pasar ayer a una destacada advocación mariana; en este caso, la de María Auxiliadora, en su imagen del Colegio de las Salesianas de San Vicente.
Poco antes de la salida desde la Parroquia de San Lorenzo, donde estos días se ha celebrado la novena en honor de María Auxiliadora, ya esperaba en la plaza la Banda de Cornetas y Tambores Amor de Cristo y San Sebastián, de San Juan de Aznalfarache y Tomares, encargada de abrir el cortejo.
Después, con puntualidad, a las siete y media de la tarde se abrían las puertas del templo para la salida de la cruz alzada y ciriales, detrás de los cuales iba un grupo de pequeños alumnos del colegio vestidos de costaleros. Diferentes estandartes, niñas vestidas con los colores propios de los salesianos, azul y rosa, repartiendo pétalos, niños con sus trajes de la Primera Comunión y otros más mayores con velas componían este cortejo, algunos de cuyos miembros cantaron durante el trayecto composiciones de alabanza a María Auxiliadora.







El cuerpo de acólitos, con dalmáticas celestes, anunciaba la salida del paso de María Auxiliadora, que desde el presbiterio recorrió la nave central de San Lorenzo en dirección a la puerta. A ambos lados de ésta se encontraban las representaciones, con sus estandartes corporativos, de las hermandades de la Bofetá y la Soledad para despedirse de la Virgen que durante diez días ha vivido bajo el mismo techo. Por su partes, cofrades del Buen Fin y de la Pastora de San Antonio acompañaron a la procesión a lo largo de su recorrido.
José García Monge y sus auxiliares guiaron el paso hasta la Plaza de San Lorenzo, completamente llena de personas que, pese a ser martes, no dudaron en acompañar a una devoción salesiana tan arraigada en la ciudad, y especialmente en este barrio.
La Banda de Música María Santísima de la Victoria, de Las Cigarreras, ha sido la encargada de acompañar con sus sones a María Auxiliadora este año, tocando, tras el Himno de España, la marcha "Auxilium Christianorum" en el momento de la salida.













La primera levantá del paso en la calle se dedicó por parte del capataz a Mercedes, una mujer que, según dijo, "ha trabajado mucho por la asociación del colegio". A continuación, María Auxiliadora tomó la calle Eslava con la marcha "Esperanza Macarena", y continuó hacia Santa Clara con "Madre Hiniesta".
En su camino, la primera parada la encontró en el Convento de María Reparadora, al que llegó con la marcha "Aniversario Macareno". Curiosamente, días antes la Pastora se marchaba desde este mismo lugar con idéntica partitura por parte también de la Banda de Música de Las Cigarreras.
Las hermanas, como hicieran igualmente con la Pastora, le cantaron a María Auxiliadora, aunque en este caso una canción propia de la imagen salesiana.


























Del Convento de María Reparadora se fue el paso a los sones de "Hosanna in excelsis". Más adelante, avanzó a tambor hasta que alcanzó la revirá entre Santa Clara y Guadalquivir, que la realizó con la marcha "Sevilla Cofradiera", a la que siguió después por esta última calle "Virgen de la Paz".
Al fondo se oían los sones de la banda que abría el cortejo. Quizá por eso, el paso de María Auxiliadora fue algo más lento, con paradas más prolongadas por esta zona, de forma que se incrementara la distancia entre las bandas.
A continuación, el paso siguió para girar hacia la calle San Vicente con la marcha "Auxiliadora Coronada". La siguente parada estaba cerca, una de las puertas del Colegio de Nuestra Señora de la Merced. Las Madres Mercedarias esperaban en la puerta para recibir a la Virgen, como hicieron el sábado con la Pastora.
Hasta aquí llegó el paso con la marcha "Nuestra Señora de Guadalupe", y con ella, el paso realizó una maniobra difícil, ya que, a pesar de haber coches aparcados frente al colegio y de tener que subir medio paso en la acera, María Auxiliadora se giró para que las Mercedarias pudieran verla de frente. Eso sí, el paso no se detuvo al estar la delantera más alta que la trasera, por lo que sin parar volvió a la calzada, aunque ahí sí se paró para que las religiosas pudieran cantar la Salve y realizar una ofrenda floral.

































Tras dedicar la levantá a las Mercedarias, el paso siguió por la calle San Vicente con la marcha "Macarena", de Abel Moreno, que fue interrumpida cuando se detuvo, volviéndose a interpretar íntegramente a continuación.
Después, con los estandartes de las hermandad del Buen Fin y la Pastora en la puerta del Convento de San Antonio de Padua, María Auxiliadora llegó hasta allí a tambor, aunque luego sonó "Virgen de la Palma" y "Pastora Franciscana" después de que el capataz dedicara la levantá a ambas hermandades.
Con la última composición mencionada, el paso alcanzó la calle Curtidurías, donde desde un balcón se lanzaron pétalos a los sones de "Coronación", marcha con la que el paso llegó a la calle Cristo del Buen Fin, por la que también se pudo escuchar después "Pasan los campanilleros".
Finalmente, el paso de María Auxiliadora, adornado con claveles, margaritas y azucenas rosas, y con la candelería prácticamente apagada por el aire que se empeñaba en no dejar encendido ningún pabilo, llegó a Narciso Bonaplata y alcanzó la puerta del colegio con "La Estrella Sublime" y "Coronación de la Macarena".



































Este paso tiene querencia por las aceras. Si antes había girado en las Mercedarias en una maniobra complicada, ahora el giro para entrar en el Colegio de las Salesianas mirando a la calle se realizó en la acera, pese a que hubiera sido más sencillo hacerlo en la calzada, bastante más ancha. Ello llevó a vigilar al centímetro que los costaleros de las esquinas no se vieran obligados a salirse del bordillo.
Con éxito se completó esta operación mientras la Banda de Música de Las Cigarreras enlazaba "Madrugá Macarena" con "Como tú ninguna".
Antes de entrar, hubo que retirar la aureola de María Auxiliadora, dejando únicamente la corona para salvar el dintel. Aún así, los costaleros tuvieron que agacharse, aunque después se debieron arrodillar para pasar del zaguán al patio interior del colegio, momento en que los niños que ocupaban la balconada lanzaron una enorme cantidad de pétalos sobre el paso, entre continuos vivas a María Auxiliadora.
La banda, que al entrar había tocado el Himno de España, acompañó al paso hasta el interior, para interpretar a continuación el Himno a María Auxiliadora, seguida de "Encarnación Coronada", con la que finalizó su labor tras el paso.











Pero no acabó aquí la procesión de María Auxiliadora, ya que el paso recorrió el patio mientras todos cantaban su himno y lanzaban más pétalos, hasta que se detuvo definitivamente bajo los soportales del patio. Se ponía fin, ahora sí, a las once menos cuarto de la noche, a la forma tan especial en la que el Colegio de las Salesianas de San Vicente celebran el día de la festividad de su devoción más identificadora.

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