martes, 15 de mayo de 2018
CUATRO HORAS CON NUESTRA SEÑORA DE ARACELI POR EL CORAZÓN DE LA CIUDAD
La Hermandad de Nuestra Señora de Araceli celebró este sábado la procesión con su titular por las calles de Sevilla, consolidándose como una de las primeras glorias del año desde que en 2014 se incorporara al calendario letífico de la ciudad. Siguiendo las normas diocesanas que limitan el recorrido de las cofradías de gloria a sus respectivas feligresías (salvo que las reglas de cada hermandad fijen el itinerario), la Virgen de Araceli, filial de la Patrona de Lucena, recorrió las calles de la feligresía de San Andrés, parroquia desde la que empezó a salir el cortejo a las ocho y media de la tarde.
La cruz alzada con manguilla entre ciriales daba inicio a la procesión, seguida de las representaciones de los grupos jóvenes del Carmen Doloroso y la Milagrosa. A continuación, iba el simpecado y detrás los estandartes corporativos del Carmen de San Leandro y la Pastora de Triana, el libro de reglas y el propio estandarte de la Hermandad de Araceli.
El paso de la Virgen de Araceli se encontraba en el presbiterio alto de la parroquia. El capataz, Rufino Madrigal, mandó que bajara de él poco a poco y que, antes de salir, se encaminara hacia la capilla de la Hermandad de Santa Marta, que con su estandarte corporativo despidió a la cofradía letífica con la que comparte sede canónica. Hubo incluso una levantá dedicada a la cofradía del Lunes Santo antes de dirigirse a la puerta de salida.
Todo este proceso retrasó bastante la salida de la cofradía hasta el momento en que el paso cruzó el dintel de San Andrés antecedido por los acólitos, que portaban seis ciriales cedidos por la Hermandad del Cristo de Burgos. Hay que destacar, además, que la Hermandad de Araceli decidió posponer para el año que viene el estreno de los nuevos candelabros de guardabrisa en los que está trabajando. Por ello, tras salir el año pasado con los de la Hiniesta Gloriosa, este año lo ha hecho con los pertenecientes al paso de la Divina Pastora de Triana. La Virgen, por su parte, lucía la corona estrenada el año pasado, así como un nuevo rostrillo.
La Banda de Música María Santísima de la Victoria, de Las Cigarreras, interpretó el Himno de España en el momento de la salida y posteriormente la marcha "Reina de Triana", con la que llegó hasta la calle Daoiz, recibiendo además una intensa petalada desde el edificio situado justo enfrente de la iglesia; pétalos que tiñeron de color buganvilla el exorno floral blanco que llevaba el paso.
Más adelante, avanzó con "Coronación de la Macarena", a la que siguió "Esperanza Macarena" al acercarse hasta la Capilla de San Andrés, desviándose así momentáneamente del recorrido previsto para visitar a la Hermandad de los Panaderos, que salió con su estandarte para recibir a la Virgen de Araceli.
Acababa de salir prácticamente, y la cofradía ya arrastraba cierto retraso, por lo que la Virgen de Araceli, tras alejarse de la capilla de los Panaderos con la marcha "Triana de Esperanza", recorrió la calle Javier Lasso de la Vega a tambor y parando una sola vez. Después, alcanzó la Plaza del Duque desde Trajano con la marcha "La Estrella Sublime".
Ya en la calle Teniente Borges, un hermano tuvo que subir al paso para asegurar la sujeción del Niño Jesús, que se movía en exceso. Para evitar que volviera a soltarse, cada levantá hasta el final fue realizada a pulso 'aliviao' en lugar de al cielo.
Desde Teniente Borges, el paso giró a Santa Vicenta María, donde se despidió la representación de la Pastora de Triana. Este giro lo hizo la Virgen de Araceli a los sones de "Virgen de las Aguas", con la que llegó incluso hasta Alfonso XII, lo que evidencia la velocidad a la que iba el paso para poder, como finalmente ocurrió, recuperar el tiempo de retraso que llevaba.
En Alfonso XII el paso se detuvo ante la Iglesia de San Gregorio, donde se encontraba una representación de la Hermandad del Santo Entierro. Su hermano mayor, José María Domínguez-Rodiño, tomó la palabra para agradecer que la Virgen de Araceli visitara tanto a su hermandad como a la comunidad mercedaria a la que pertenece el templo. "Que la Virgen de Araceli nos colme de bendiciones", dijo antes de que se rezara el Ave María y el Gloria.
A continuación, el paso se marchó a los sones de la marcha "La Soledad" hasta la puerta de San Antonio Abad, donde la Hermandad del Silencio también salió a recibir a los cofrades de San Andrés. De nuevo se rezó el Ave María antes de que la Virgen de Araceli siguiera en dirección a la Plaza de la Campana con la marcha "Esos tus ojos".
Muchísimas personas vieron pasar por esta zona a la cofradía. Una buena cantidad eran turistas que preguntaban de qué Virgen se trataba. Lo curioso es que alguien le preguntó a uno de los guardias civiles que acompañaban al paso y éste no supo responder, teniendo que ser otra persona la que diera la respuesta.
Con "Reina de la O", la Virgen de Araceli abandonó la Campana para entrar en la calle Sierpes, donde posteriormente avanzó a tambor.
En la esquina de Sierpes con Cerrajería se despidió la representación de la Hermandad del Carmen de San Leandro. A ella le dedicó Rufino Madrigal la siguiente levantá, tras la que la Virgen de Araceli giró precisamente a Cerrajería con la marcha "Danos la paz".
Más adelante, por la calle Cuna, la Banda de Las Cigarreras interpretó "Aurora, Reina de la mañana", marcha estrenada el año pasado para la Virgen de la Aurora, de la Hermandad de la Resurrección, y que en muy poco tiempo ha alcanzado gran importancia, sonando en no pocas cofradías de penitencia y de gloria. Con esta composición de Pablo Ojeda, la Virgen de Araceli salió de Cuna a Laraña, donde no se había cortado a tiempo el tráfico, llegando a discurrir el paso junto a algunos vehículos.
La siguiente marcha fue "Valle de Sevilla", dedicada a la Virgen del Valle, cuyos cofrades salieron con su estandarte a la puerta de la Iglesia de la Anunciación, ante la que se volvió el paso. Los cofrades del Jueves Santo rezaron el Ave María antes de que la Virgen de Araceli continuara su camino con la marcha "Virgen de los Reyes", que fue enlazada con "Macarena", de Abel Moreno, llegando a la Plaza de la Encarnación.
A continuación, y cuando hacía muy poco que acababa de entrar en la Iglesia de la Misericordia la Virgen del Mar tras su salida procesional (ver), la Virgen de Araceli se dispuso a pasar por delante de dicho templo, llegando hasta él con la marcha "Pasan los campanilleros". El paso se volvió ante la puerta de la iglesia de la Plaza de Zurbarán, donde se encontraba una representación con estandarte de la Hermandad de la Virgen del Mar y el paso de ésta se podía ver dentro.
Los cofrades de la Virgen del Mar cantaron la Salve y después la Virgen de Araceli continuó su camino con "Rosario de Monte-Sión" hacia la Plaza del Pozo Santo. Las religiosas, que horas antes habían recibido a la Virgen del Mar, estaban en la puerta para cantarle también a la Virgen de Araceli, que después se alejó a los sones de "Bajo tu Amparo".
Precisamente por esta calle, Amparo, se marchó el paso mientras el inicio del cortejo cometía un pequeño error al tomar el último tramo de dicha calle en lugar de seguir por la calle Viejos. Un hermano tuvo que ir a avisarles para que rectificaran. Hay que tener en cuenta que ese último tramo de Amparo no pertenece a la feligresía de San Andrés, sino a la de San Pedro, por lo que no podían pasar por delante de la Capilla de la Divina Pastora como sí había hecho antes la Virgen del Mar. El resto de la calle Amparo se divide entre las dos feligresías: los números impares pertenecen a San Andrés, mientras que los pares corresponden a San Pedro.
Corregido el error, la Virgen de Araceli siguió por las calles Viejos, Viriato y Alberto Lista mientras la Banda de Las Cigarreras tocaba "El Cachorro. Saeta sevillana". Hay que señalar, por otra parte, que una furgoneta aparcada sobre la acera de la calle Alberto Lista dificultó ligeramente el discurrir del paso, aunque la cuadrilla pudo sortear sin problemas el inesperado obstáculo.
Seguidamente, la Virgen de Araceli tomó la calle Saavedras con la marcha "Esperanza Macarena" y alcanzó la Plaza de San Martín, entrando en la iglesia del mismo nombre con "Virgen del Buen Fin" y siendo recibida por la Hermandad de la Lanzada.
Una vez dentro de San Martín, la Virgen de Araceli fue llevada ante la capilla sacramental del templo, donde reciben culto el Cristo de la Lanzada, la Virgen de Guía y San Juan Evangelista. Antes ellos se rezó el Padre Nuestro y el Ave María. Después, el paso se situó delante de la capilla en la que se encuentra la Virgen del Buen Fin y los presentes cantaron la Salve.
Tras esta visita a la Iglesia de San Martín, la Virgen de Araceli salió de nuevo a la plaza mientras la banda interpretaba "Jerusalén". Antes de tomar la calle Cervantes, el capataz pidió dedicar la siguiente levantá a la madre de un costalero que en ese momento estaba debajo del paso. "Por la madre de nuestro compañero; que la Virgen la ayude porque lo necesita, y por él también", dijo.
Después, el paso discurrió a tambor por la parte más estrecha de la calle y luego siguió con "Hosanna in excelsis" y "Aurora de Santa Marina". Con esta última, la Virgen de Araceli alcanzó la puerta de la Parroquia de San Andrés.
Hubo tiempo aún para una última dedicatoria de levantá, en este caso para el grupo joven de la propia hermandad. El paso se levantó por los jóvenes de la cofradía y con la marcha "Encarnación Coronada" fue girando ante la puerta. Por último, entró en San Andrés con el final de "Pasa la Virgen Macarena" y con el Himno de España cuando faltaban un par de minutos para la una menos veinte de la madrugada.
Después de cierta confusión sobre dónde tenía que quedarse definitivamente arriado el paso, Rufino Madrigal mandó a los costaleros conducirlo hasta los pies de la nave de la Epístola, justo delante del retablo donde la sevillana Virgen de Araceli recibe culto durante todo el año.
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