miércoles, 16 de mayo de 2018
LA VIRGEN DE LA ALEGRÍA RECORRIÓ LA JUDERÍA SEVILLANA ESTE DOMINGO
Con el calendario de cofradías gloriosas a pleno rendimiento, la tarde del domingo tuvo lugar la salida procesional de Nuestra Señora de la Alegría, la imagen que cada año ejerce de enlace entre la Pasión y la Gloria con su besamanos del Domingo de Resurrección (ver).
La Parroquia de San Bartolomé, que está inmersa en la más que necesaria restauración de su torre, vio salir a su cofradía a la estrechez de la calle que lleva el nombre del templo cuando eran aproximadamente las siete y cuarto de la tarde. Fue entonces cuando la cruz alzada y los ciriales cruzaron el dintel iniciando así el camino de estos hermanos que rinden culto a la imagen atribuida al círculo de Roque Balduque, del siglo XVI.
Tras la cruz, varias parejas de niños con cirios blancos, el característico e histórico simpecado de la hermandad entre sus llamativos faroles, una bandera, el estandarte de la Hermandad de la Virgen de la Luz, el propio de la Hermandad de la Alegría, la presidencia, donde también estaba el hermano mayor de San Esteban, y el cuerpo de acólitos.
No tardó en salir el paso de la Virgen de la Alegría tras bajar la rampa que corrige el desnivel entre la altura de la calle y el de la propia iglesia. Los Villanueva eran los encargados de conducir un año más el paso, pidiendo que los costaleros se agacharan para poder salvar el dintel. Cuando lo hizo, la Banda de Música María Santísima de la Victoria, de Las Cigarreras, interpretó el Himno de España. Después, la primera marcha en la calle para la Virgen de la Alegría fue "Al cielo de San Pablo", partitura de Álvaro Gutiérrez Valle estrenada en la Cuaresma del año pasado en la Parroquia de San Ignacio de Loyola.
Con ella, el paso, que estaba adornado con diferentes especies florales de muy diversas tonalidades e incluso algunas uvas, giró a su izquierda para alcanzar la calle Virgen de la Alegría. Mucha gente se daba cita en este punto del centro de Sevilla para contemplar a una de las cofradías de gloria de sabor más clásico. Sin duda, las cofradías letíficas tienen más que superado el periodo no tan lejano en el que perdieron interés entre los cofrades.
Desde la calle nombrada como la Virgen que reside en San Bartolomé, el paso tomó la calle Céspedes y salió a Levíes con la marcha "Virgen de Montserrat", composición de Pedro Morales, fallecido hace poco menos de un año.
La Virgen de la Alegría continuó a los sones de "Hiniesta Coronada" por la Plaza de las Mercedarias, donde los coches aparcados y la frondosidad de las ramas de los grandes naranjos de esta zona obligaron a los costaleros a tener que bajar el costero derecho, quedando el izquierdo más alto, de forma que la Virgen pasara inclinada hacia un lado y no rozase los árboles.
Después de una parada, y con el paso plenamente iluminado por el sol de una tarde de domingo absolutamente primaveral, la Virgen de la Alegría tomó la calle Vidrio mientras la Banda de Las Cigarreras tocaba la marcha "Virgen de las Aguas".
Tras superar la parte más estrecha de la calle Vidrio, que cada año pone a prueba a los capataces y costaleros de esta hermandad, la Virgen de la Alegría salió a la calle San Esteban con la marcha "Aurora, Reina de la mañana".
En el horizonte más inmediato, a veces cegado por la intensidad de los rayos del sol, se alzaba la Iglesia de San Esteban, que junto a la de San Bartolomé constituye la misma parroquia. Poco a poco el paso se fue acercando a este punto, donde una representación de la hermandad del Señor de la Salud y Buen Viaje y la Virgen de los Desamparados salió con su estandarte a recibir a la Virgen de la Alegría.
Hasta la puerta ojival dentada de San Esteban llegó el paso con la marcha "Madre de costaleros", composición que la Banda de Las Cigarreras empezó a tocar por segunda vez mientras la cuadrilla completaba el giro hacia la representación de los cofrades del Martes Santo. Cuando concluyó el giro y el paso se detuvo, la banda interrumpió la marcha, se rezó ante la Virgen de la Alegría y después comenzó a alejarse rumbo a la Plaza de Pilatos con la marcha "La Virgen de los Desamparados".
Dejándonos la contemplación de su manto rojo de 1924, felizmente recuperado en 2014 tras su restauración (ver), la Virgen se alejó para continuar su recorrido, en el que no faltó la visita a la Iglesia de San Nicolás y a la Hermandad de la Candelaria antes de regresar al templo en el que durante todo el año habita la Alegría.
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