La Hermandad de Torreblanca celebró este domingo la solemne función en honor a María Santísima de los Dolores y el posterior besamanos, para el que la dolorosa fue bajada del altar y colocada en el presbiterio bajo de la Parroquia de San Antonio de Padua, entre dos de las jarras de su paso de palio con claveles, lisiantum y paniculata.
La Virgen de los Dolores estaba elevada sobre una fina peana de plata y vestida con un manto azul de terciopelo liso, toca de sobremanto bordada sobre malla y saya de tisú blanca con bordados en oro y sedas. Lucía además su corona procesional, un puñal, el corazón traspasado por los siete puñales y la Medalla de la Ciudad concedida por el Ayuntamiento de Sevilla en 2016 en reconocimiento a la labor social de la hermandad. En la mano izquierda sujetaba un rosario, mientras que la derecha era la que daba a besar a los devotos.
Detrás, veíamos el altar del triduo y la función solemne que se celebró durante la semana pasada con la cruz parroquial ocupando el lugar donde estaba la Virgen de los Dolores. Alrededor había un buen número de candeleros con cera blanca y velas rizadas, además de algunas jarras más, todo ello del paso de palio.
Un cortinaje de terciopelo rojo abierto en el centro era el fondo de este altar, que contaba con más flores como las descritas. Finalmente, en el extremo izquierdo del presbiterio se situó el estandarte corporativo de esta cofradía del Sábado de Pasión.
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