La Hermandad de Nuestra Señora del Juncal celebró en la tarde-noche de este sábado su salida procesional por las calles del barrio; una salida que sirvió además para conmemorar los cincuenta años de vida de la corporación, que fue constituida dos años después de la llegada de la imagen al templo donde hoy sigue residiendo.
Con este motivo, en el mismo momento de la salida, cuando los ciriales del paso estaban ya en la calle y la Virgen del Juncal se encontraba en la misma puerta, el párroco, Juan José Linares, procedió a bendecir los nuevos retablos cerámicos de los titulares, realizados por Cerámica Artística Paco Moya. En concreto, en el lado izquierdo de la fachada principal, casi en la esquina con la calle Araquil, se ha situado un retablo cerámico de la Virgen del Juncal conformado por treinta azulejos, mientras que a un lado y a otro de la puerta hay sendos retablos de Nuestro Padre Jesús Cautivo en Su Soledad y de María Santísima de la Esperanza Reina de los Mártires, compuestos de tres piezas cada uno, sin contar los respectivos marcos.
Hay que apuntar, además, que la propia fachada de la iglesia ha sido pintada en blanco y gris, ya que anteriormente estaba en ladrillo visto.
La apertura de las puertas del templo se había producido a las ocho y diez de la tarde, y poco después comenzaba el cortejo a recorrer la calle Segre, inicio de un itinerario novedoso respecto al de los últimos años.
La cruz alzada entre ciriales iba delante, seguida del banderín de la juventud de la Hermandad del Beso de Judas. Hay que tener en cuenta que la Agrupación Musical de la Redención, que cumple cuarenta años, surgió en el seno de la Hermandad del Juncal antes de integrarse en la corporación del Lunes Santo.
A continuación, iban la bandera concepcionista, el guión sacramental, el libro de reglas, la representación del Carmen de Su Eminencia y el propio estandarte corporativo de la Hermandad del Juncal.
En el momento de la salida del paso de Nuestra Señora del Juncal la agrupación musical de la hermandad interpretó el Himno de España, enlazado con la marcha "Madre Nuestra", al tiempo que sonaban las campanas del templo. Con esta marcha, el paso, a las órdenes del capataz Fernando Pérez Lorenzo, fue girando a su derecha y se detuvo antes de pisar la alfombra de sales de colores que el grupo joven había confeccionado conmemorando el L aniversario de la hermandad.
A continuación, a los sones de "Cautivo en Su Soledad", la Virgen del Juncal, que llevaba un manto de brocado de tonalidad clara, pasó sobre la alfombra de sales, que tenía el escudo de la hermandad y unos óvalos relativos a cada uno de los titulares de la corporación. Después, se introdujo en la calle Segre, donde sonó "Alma de Dios" mientras desde un balcón se lanzaba una lluvia de pétalos sobre el paso.
La calle, por la que después oiríamos la marcha "Alma mía", estaba adornada con banderolas y farolillos, como otras del barrio por las que después iba a pasar la Virgen del Juncal. En cuanto al paso, contaba con gladiolos, lisiantum y margaritas, entre otras especies.
La Virgen salió después a la avenida Alcalde Juan Fernández, girando a la izquierda, en lugar de a la derecha como estos años anteriores. Por esta avenida la Agrupación del Juncal tocó un clásico de este estilo musical, como es "Puente de San Bernardo".
En sentido inverso al habitual, la Virgen del Juncal accedió después a la calle Claudio Guerín, donde se pudieron escuchar más composiciones de corte clásico, como "Creo en Jesús", "La Oración del Huerto" y "Sagradas Vestiduras", a cargo de la agrupación, cuyo director y miembro fundador, Alejandro Blanco, estaba permanentemente en contacto con los capataces y responsables de la hermandad para saber en qué momentos debía tocar.
Así, arropada durante todo el tiempo por gran cantidad de devotos y vecinos, la Virgen del Juncal siguió recorriendo las calles del barrio al que da nombre hasta el momento de la entrada, que se produjo a las doce de la noche.
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