Lo llamativo de este nacimiento es que las figuras que lo conformaban eran réplicas en pequeño tamaño de las tallas del misterio que cierra el Viernes Santo, a excepción lógicamente de la imagen del Señor Descendido de la Cruz.
Así, la Sagrada Familia estaba representada por las réplicas de la Virgen de la Piedad y José de Arimatea, además de un pequeño Niño. Hacia la parte central del belén estaban las réplicas de Nicodemo, la Magdalena y María Salomé; mientras que en el lado derecho estaban San Juan y María Cleofás, todos ellos caracterizados como pastores que van a adorar al Niño Jesús recién nacido en el portal.
Además, tanto el fondo del belén como el suelo se inspiraban en el patio del antiguo convento, situado entre la puerta de acceso de la calle Bustos Tavera y la propia puerta de la iglesia. Entre dos pequeños faroles se veía, a la derecha, el escudo de la hermandad.
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