martes, 20 de marzo de 2018
BESAPIÉ AL CRISTO DE LA DEFENSIÓN, EN EL CONVENTO DE CAPUCHINOS DE JEREZ
A una semana del Martes Santo, día en que el Santísimo Cristo de la Defensión saldrá por las calles de Jerez acompañado por los sones de la Centuria Macarena, contemplamos al crucificado del Convento de Capuchinos en su besapié del pasado Domingo de Pasión.
En el centro del convento, ante el presbiterio, fue colocado el Cristo que saliera de las gubias del valenciano José Esteve Bonet en el siglo XVIII; el crucificado que llegó por mar a Jerez surcando en el tramo final de su viaje el río Guadalete. El Cristo de la Defensión estaba tumbado, con los brazos de la cruz sujetos por una estructura oculta tras una tela de terciopelo negro, mientras que en la base del madero había un paño de damasco dorado sobre negro.
A cada lado del crucificado había dos jarras del paso de palio de la Virgen de la O con claveles rojos colocados de forma cónica. Y más hacia los extremos se dispusieron un total de seis blandones de madera en su color con cirios de tonalidad tiniebla. Entre ellos, veíamos los banderines de diferentes divisiones del Ejército, institución muy vinculada a la hermandad, ya que fue un cuerpo de soldados el que llevó hasta el centro de Jerez la imagen del Cristo, cuyo primer destino en la ciudad fue la Cartuja de Nuestra Señora de la Defensión, de la que tomó su advocación.
Al fondo, un cortinaje morado servía de marco para la cruz de guía de la hermandad tras la mesa del altar, donde había otras dos jarras con claveles, entre otros enseres. Y en el lado derecho del presbiterio, el estandarte de la Hermandad de la Defensión se acompañaba de una bandera de España.
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