La Iglesia de San Juan de la Palma acoge este fin de semana el besamanos a Nuestro Padre Jesús del Silencio, que se presenta a los devotos en el presbiterio alto del templo, sobre un entarimado forrado en color rojo a los pies del retablo mayor, que se encuentra oculto tras una cortina de terciopelo rojo.
Viste nuevamente para este culto la denominada túnica persa, bordada en oro sobre tisú de plata por Carrasquilla en 1951 y recuperada hace algunos años tras su restauración por el taller de Santa Bárbara. Además, lleva las potencias con las que sale a las calles cada Domingo de Ramos.
El Señor que guarda silencio ante Herodes está sobre una peana de madera dorada y ante el dosel de cultos de la hermandad. Junto a la imagen vemos cuatro grandes blandones dorados con cirios blancos, dos a cada lado, así como unas columnas también doradas de base cuadrada que sostienen sendos centros florales de lirios, mientras que otros dos están más cerca del Señor, sobre pequeños pies de terciopelo rojo.
Delante se sitúa un ancho centro con las mismas flores, salpicadas de algunas rosas rojas. Y debajo, las pinturas con las escenas del Bautismo de Cristo en el centro, el Desprecio de Herodes a la izquierda y Jesús con la cruz camino del Calvario a la derecha, estampas separadas por dos cruces de San Juan, emblema de la cofradía.
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