La Hermandad de los Servitas celebra este domingo el besamanos a Nuestra Señora de los Dolores, que se encuentra en el presbiterio de la capilla de la corporación con el Santísimo Cristo de la Providencia en su regazo y entre las imágenes de San Juan Evangelista y Santa María Magdalena, talladas, como la Virgen y el Cristo, por José Montes de Oca. Reproduce así este besamanos la clásica estampa de la Sacra Conversación, muy habitual hasta el siglo XIX y recuperada para la Semana Santa por la Hermandad del Sol.
La Virgen de los Dolores se sitúa sobre la peana de madera dorada de su propio camarín, en la que están los dos ángeles que también la acompañan cada Sábado Santo desde las esquinas delanteras de la peana procesional. Viste la dolorosa su antiguo manto de salida, con el que dejó de hace estación de penitencia con el estreno del conjunto actual de manto y saya en 2013. Lleva en este besamanos, además, una saya negra bordada en oro y luce una corona dorada y un gran broche de oro con el corazón atravesado por los siete puñales.
Detrás, hay una cruz de la que pende un sudario, mientras que en los extremos vemos los dos faroles de entrevarales del paso de palio de la Virgen de la Soledad, dos jarras de madera dorada y las dos jarras de los costeros del paso de la Virgen de los Dolores y el Cristo de la Providencia. Unas y otras jarras tienen rosas de color rojo, flores que también vemos en un centro a los pies de las imágenes y algunas sueltas sobre la peana.
Al fondo, el camarín está presidido por el estandarte de la Virgen de los Dolores, con el que antiguamente la hermandad visitaba diferentes hospitales durante una procesión que se realizaba cada mes de septiembre. Y ante el estandarte, un centro de claveles rojos y algunos candeleros y blandones dorados con cera de color tiniebla, como la de los cuatro blandones situados en la parte delantera de todo este altar de besamanos.
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