Dentro de los actos conmemorativos del cuarto centenario de la fusión entre las antiguas cofradías del Cristo del Amor y la Entrada en Jerusalén, la priostía de la Hermandad del Amor ha montado un altar muy especial para el quinario del crucificado de Juan de Mesa, que durante esta semana ya puede verse subido a su paso procesional, desde el que está presidiendo la Iglesia del Salvador delante del retablo mayor.
El paso del Cristo del Amor fue llevado al Salvador directamente desde el Ayuntamiento, donde formó parte de la exposición que tuvo lugar el pasado mes de febrero también como conmemoración del mencionado cuarto centenario de la fusión (ver). Ahora, el paso ejerce de altar de quinario, aunque con algunos cambios con respecto a la forma en que sale a las calles cada Domingo de Ramos.
Así, no se han colocado los candelabros de los costeros, sino que en su lugar se han situado los candelabros de las esquinas delanteras, cuyo espacio ha sido ocupado por dos de los ángeles pasionistas, obra, como el paso y las cartelas, de Francisco Antonio Gijón. Los otros dos ángeles están situados más abajo, directamente sobre los respiraderos. Además, el pelícano que simboliza el amor de Dios y que siempre va tras la cruz del Cristo, está durante estos días en la delantera para que sea bien visible por los fieles que acudan al quinario.
Por otra parte, el exorno del paso lo conforma un monte de corcho, como era costumbre décadas e incluso siglos atrás, y sobre él se han colocado rosas y claveles rojos, salpicados de algunos cardos y algo de hojarasca. Las mismas flores pueden verse en jarras de madera dorada a ambos lados del paso, donde también se han ubicado blandones dorados con cera color tiniebla, que es el color de los cirios que llevan los nazarenos del cortejo del Cristo del Amor, así como el de los codales de los candelabros.
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