Nuestra Señora de Loreto, de la Hermandad de San Isidoro, se encuentra expuesta en besamanos durante este fin de semana en la capilla que la hermandad tiene en la parroquia de la Costanilla, ante el retablo que preside Nuestro Padre Jesús de las Tres Caídas.
La dolorosa está vestida prácticamente como si fuera a salir a las calles para su estación de penitencia del Viernes Santo, con el manto procesional bordado en 1930 por las hermanas Amalia y Pilar Granado y con la saya de tisú bordada en oro de 2008, obra de Manuel Solano. Además, luce la corona de salida, labrada por Manuel Seco en 1950, el fajín militar rojo con borlones dorados y cuatro entorchados donado en 2011 a la Virgen por el jefe mayor del Ejército del Aire, José Jiménez Ruiz, y una cotilla bordada en oro sobre malla. En el pecherín tiene únicamente un puñal, mientras que más abajo lleva la medalla del Ejército del Aire, del que la advocación de Loreto es Patrona por el milagroso vuelo de la casa de la Virgen desde su emplazamiento original hasta la ciudad italiana de Loreto.
La imagen se eleva sobre la peana plateada habitual de los besamanos, sobre la que hay colocadas dos rosas blancas, flores que conforman el exorno, dispuestas en cuatro jarras del paso de palio. Dos de ellas, las más cercanas a la Virgen, están sobre sendos pies de base cuadrada forrados en terciopelo rojo con galones dorados, mientras que las otras dos están en los extremos, encima de columnas de madera dorada también de base cuadrada. Además, en medio de cada pareja de jarras hay unos candelabros plateados con seis velas blancas cada uno elevados igualmente sobre pies de terciopelo rojo.
Se completa el montaje de este besamanos con la presencia de seis candeleros dorados con cirios blancos, tres a cada lado junto a la cola del manto, mientras que ante el Señor de las Tres Caídas hay otros seis.
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