A la tercera fue la vencida. Después de que el besapié a Nuestro Padre Jesús de las Penas no pudiera celebrarse en la Cuaresma del año pasado y tampoco en noviembre, fecha para la que fue pospuesto en previsión de unas mejores condiciones sanitarias, este fin de semana por fin la imagen se expuso a la veneración de los devotos en la Parroquia de San Jacinto, donde residen los titulares desde el 1 de mayo de 2019 por las obras de ampliación, a punto de concluir, de la Capilla de la Estrella.
Para esta ocasión, el Señor de las Penas ocupó la parte alta del presbiterio, donde estaba elevado sobre su peana de besapiés y la procesional de la Virgen de la Estrella. La imagen lucía sus potencias de salida y detrás se ubicó un resplandor dorado cedido por la Hermandad del Carmen de San Cayetano, de Córdoba.
El exorno floral se componía de rosas rojas repartidas en un gran centro a los pies del Cristo, en cuatro jarras del paso de palio y en dos centros que, como las jarras, estaban sobre estípites de madera dorada. Además, había cuatro grandes blandones dorados con altos cirios de color rojo. Al fondo, sobre antiguos respiraderos había un buen número de candeleros también con cirios rojos y una cruz en el centro.
Por último, hay que indicar que dos alfombras completaban el conjunto de enseres utilizados para el montaje. Una de ellas estaba bajo el lugar que ocupaba el Señor, mientras que la otra, de mayor tamaño y con el escudo de la hermandad, estaba delante, en la zona por la que pasaban los devotos para venerarlo.
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