viernes, 26 de marzo de 2021

PINO MONTANO VIVE CON SUS TITULARES UN VIERNES DE DOLORES MUY ESPECIAL


La Parroquia de San Isidro Labrador está viviendo un Viernes de Dolores muy especial con numerosísimos hermanos y devotos que están pasando por allí para venerar a Nuestro Padre Jesús de Nazaret y a María Santísima del Amor. Ambos presiden unos altares muy llamativos que sirven para tratar de reducir la pena de no verlos por las calles por segundo año consecutivo.
La entrada al templo se lleva a cabo por la puerta principal y hace que el cofrade se encuentre de frente con el Señor, que está rodeado de todas las figuras secundarias de su paso de misterio tal cual se disponen para la estación de penitencia. No falta ni siquiera el olivo detrás, donde un soldado romano descubre a San Marcos escondido tras él. Lo que no está es el canasto del paso, dado que la escena está montada directamente sobre los respiraderos, lo que permite una visión más cercana del conjunto; una visión por tanto inédita para el cofrade de a pie.
Nuestro Padre Jesús de Nazaret viste una túnica lisa de terciopelo morado y luce las potencias de salida. El misterio, además, está iluminado por los candelabros de guardabrisas y adornado con claveles rojos, lirios morados y antirrhinum; flores a las que se suman las ofrendas que muchos devotos están dejando a los pies del Señor.
Por su parte, la Virgen del Amor está al fondo, en el presbiterio de la parroquia, bajo su palio. Los devotos pueden acercarse a la dolorosa pasando entre los varales y por debajo del techo del palio. Está vestida como si fuera a salir a las calles, con manto liso burdeos, saya azul bordada, toca de sobremanto y la corona procesional. 
En el pecherín, además de un alfiler con su advocación, tiene el camafeo estrenado en el besamanos de 2019 (ver) y que reproduce en su centro a la Virgen de la Servilleta de Murillo enmarcada en plata de ley chapada en oro con circonitas, granates y perlas. Alrededor de la Virgen del Amor hay algunas velas rizadas y también vemos las jarras del palio con claveles blancos y paniculata, y algunos centros con antirrhinum igualmente de color blanco.
El itinerario marcado para garantizar la distancia de seguridad lleva a los devotos a recorrer el costero izquierdo del misterio, a pasar por el palio de la Virgen y a salir por una puerta lateral tras pasar junto al costero derecho del paso del Señor.
Hay que destacar el esfuerzo de la Hermandad de Pino Montano por dotar de cierta normalidad a esta jornada realmente triste, pero en la que el barrio del norte de la ciudad no ha dejado solos al Señor de Nazaret y a la Virgen del Amor.























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