El pasado Domingo de Pasión, la Hermandad de Santa Marta celebró el acto de veneración al Santísimo Cristo de la Caridad con un montaje en el presbiterio de la Parroquia de San Andrés que, como nota diferenciadora de este año, contó con la presencia tras el Señor de la imagen de Nuestra Señora de las Penas. Así, también la dolorosa estuvo expuesta de manera extraordinaria tras haber cancelado la hermandad el tradicional besamanos del pasado 8 de diciembre.
En lo que respecta al Cristo de la Caridad, la forma de presentarse a los devotos no difirió prácticamente en nada a años anteriores, con la imagen sola sobre una estructura con la forma del cuerpo inerte y cubierta con una sábana blanca. Bajo la cabeza, tenía una almohada de terciopelo negro.
Cuatro enormes blandones dorados con cirios de color azul marcaban las cuatro imaginarias esquinas del lugar que ocupaba el Señor, que además tenía dos jarras con lirios morados a su lado. Estas flores también se dispusieron en un centro a sus pies.
En cuanto a la Virgen de las Penas, estaba detrás, sobre una sencilla peana de madera dorada con rosas blancas en la parte superior y entre dos candelabros de plata con velas también azules sobre columnas de base cuadrada como aquéllas en las que se apoyaban las jarras. La dolorosa de Sebastián Santos llevaba la diadema de salida, vestía manto negro liso y estrenaba la saya, bordada en oro sobre terciopelo rojo por el taller de Santa Bárbara, según diseño de Javier Sánchez de los Reyes. La saya va a juego con el manto azul estrenado en 2016 (ver).
Finalmente, al fondo se ubicó un dosel de cultos que cobijaba una cruz con el sudario colgando del patibulum. Y delante, había más jarras con lirios, candeleros y dos ciriales en los extremos.
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