La Hermandad de la Candelaria celebró este domingo la muy ansiada salida extraordinaria de su dolorosa; la salida que debió celebrarse en junio, se retrasó a septiembre y, apurando las opciones, encontró en diciembre su tercera y última oportunidad. Y está claro que la aprovechó.
Ocho días después del histórico vía crucis del Señor de la Salud y de su reencuentro en la Parroquia de la Magdalena con la Virgen de la Antigua (ver), fue el turno de María Santísima de la Candelaria, que protagonizó una brillante salida extraordinaria llena de grandes momentos y cumpliendo además el horario, aunque muchos lo habían puesto en duda.
Como los hermanos decían, tras los aciagos tiempos de la pandemia, era hora de repartir salud y luz por Sevilla; la Salud del Nazareno y la luz de la Candelaria. Era un domingo de diciembre, pero el ambiente parecía de Domingo de Ramos: desde el nerviosismo de la espera por la mañana, con la Parroquia de San Nicolás siendo un continuo ir y venir de cofrades, hasta la emoción de los instantes previos a la apertura del templo para dar paso a la cruz de guía.
Y tantas ganas había que la salida comenzó antes de lo anunciado, ya que eran las tres menos cuarto de la tarde cuando la Banda de Cornetas y Tambores del Santísimo Cristo de las Tres Caídas, tras interpretar una marcha en el interior de la Parroquia de San Nicolás, salió y tomó la calle San José a los sones de "Cristo del Amor".
Minutos más tarde salía la cruz de guía entre sus cuatro faroles. Comenzaba así un cortejo de hermanos con cirios separados por tres insignias: el banderín del patronazgo de la Virgen de la Candelaria sobre el servicio de Parques y Jardines, la bandera pontificia y la bandera concepcionista. Posteriormente, iban las representaciones de distintas hermandades, como todas las del Martes Santo (ordenadas curiosamente por el orden tradicional de la jornada, el que por última vez se aplicó en 2017), la Candelaria Madre de Dios, el Beso de Judas (fundada en Santa María la Blanca, templo de la misma feligresía), la Cena (por la unión histórica y devocional por la Virgen del Subterráneo) y las dos cofradías de penitencia que pasan por San Nicolás en Semana Santa, San Bernardo y el Sol. A continuación, iban el propio estandarte corporativo de la Candelaria, la presidencia y el cuerpo de acólitos.
Los miembros de la Banda de Música de la Cruz Roja estaban en el interior del templo y, mientras el paso de palio se desplazaba desde el presbiterio hasta la puerta de salida, tocaron la marcha "Nuestro Padre Jesús de la Salud". Seguidamente, tuvo lugar el complicado procedimiento de la salida del palio, que combina las reducidas dimensiones de la puerta con la rampa que salva los escalones hasta alcanzar la calle.
El Himno de España vino a rubricar la maniobra y las personas que llenaban la plaza que lleva el nombre del Nazareno recibieron con palmas al primer paso de palio que salía a la calle en dos años, tomando así el relevo del de la Virgen de la Encarnación de San Benito (ver). Detrás de San Benito, la Candelaria, como en el orden tradicional del Martes Santo.
Ya en la calle, el paso se detuvo y un hermano subió con una escalera para colocar los remates de las caídas delantera y trasera, que tienen que ser abatidos para poder atravesar la puerta del templo. Después, uno de los capataces dedicó la primera levantá en la calle a Sevilla y señaló que, como queda dicho, llegó el momento de repartir salud y luz. En ese momento, tras la levantá, comenzó a sonar "Pasa la Virgen de la Candelaria", la marcha compuesta por Cristóbal López Gándara con motivo del centenario de la hermandad; una composición que en general ha gustado entre los cofrades. Unos metros más allá, el palio se detuvo ante la puerta del Convento de Madre de Dios, cuyas religiosas le cantaron a la Virgen.
Varias novedades presentó la Virgen de la Candelaria en esta salida extraordinaria. Así, lucía un puñal de oro de Orfebrería Domínguez regalado por las hermandades del Martes Santo, un broche de plata de la Hermandad de las Nieves y una cruz pectoral de plata, obra de Orfebrería Ramos, regalo de los colectivos que conforman la feligresía. Además, tenía la Medalla de la Ciudad, otorgada por el Ayuntamiento de Sevilla por el centenario de la hermandad.
Y también hay que destacar el exorno floral, compuesto por rosas de color rosa, pero también por astilbe de la misma tonalidad en las esquinas; unas flores muy especiales que llamaban la atención de muchos de los que acudieron a ver a la Candelaria en esta salida extraordinaria.
Por la calle San José, el paso de palio avanzó a los sones de "Candelaria", la marcha de Manuel Marvizón que ha cumplido veinte años en este 2021, a la que siguió después "Candelaria, luz de Sevilla". Junto a la Iglesia de San José el palio se paró para el primer relevo de costaleros y luego se levantó por todos los enfermos. La Banda de la Cruz Roja comenzó entonces a tocar "Esperanza Macarena" y no la interrumpió cuando el palio se detuvo enseguida para recibir de los responsables del templo de San José una ofrenda floral.
El paso de palio siguió adelante con la marcha de Pedro Morales y después habría una chicotá a tambor, aunque uno de los hermanos quiso ponerse en contacto con la banda para indicarle que nada de tambor, sino que tocase una marcha en cada chicotá.
Desde San José, el paso de palio alcanzó la calle Santa María la Blanca, no sin antes recibir una intensa petalada mientras la banda tocaba "Rocío". Después sonó "La Estrella Sublime" y el paso de palio llegó hasta la puerta del templo de Santa María la Blanca, que recibió a la Candelaria con el repique de sus campanas. "Estamos en nuestra parroquia, porque ésta es también nuestra parroquia", dijo el capataz ante la puerta y ante la representación de la Hermandad de las Nieves. "Por la feligresía y por la Hermandad de la Virgen de las Nieves; que nunca nos falte la luz de la parroquia".
El paso se levantó y se alejó a los sones de "Virgen de las Aguas". Tras ella, desde un balcón y acompañados por una guitarra, cuatro hermanos le cantaron a la dolorosa.
Tras una levantá dedicada a las madres de toda la cuadrilla, el paso de palio, siguiendo a la inversa su recorrido del Martes Santo, giró a Cano y Cueto mientras los músicos de la Cruz Roja interpretaban por primera vez en esta salida "Pasan los campanilleros", a la que después seguiría "Coronación de la Macarena".
Poco después, llegó uno de los momentos más destacados del itinerario, como fue el discurrir por los Jardines de Murillo, recientemente reabiertos tras unas obras de seguridad llevadas a cabo en uno de sus muros. Con la unión de dos marchas, el paso de palio se internó por este paseo: "Candelaria" (de nuevo) y "Siempre la Esperanza". Después la banca tocó las composiciones "Rosario de Monte-Sión", "Madre Hiniesta", "Candelaria Nuestra", "Esperanza Macarena" y "Rocío". Hay quien ha comentado que el repertorio interpretado fue algo repetitivo. Lo cierto es que fueron varias las marchas que se pudieron escuchar en varias ocasiones durante la procesión, como las dos últimas mencionadas. En cuanto al paso en sí por los jardines, estaban abarrotados, como era de esperar.
Con "Pasan los campanilleros" salió la Candelaria de los jardines a la calle San Fernando, aunque antes se detuvo ante una puerta del Alcázar donde hubo personal municipal recibiendo a la Virgen. La popular marcha se reinició al concluir la partitura, aunque posteriormente se interrumpió cuando el paso ya ocupaba el centro de la calle. La siguiente composición musical fue "Virgen de los Estudiantes" al pasar por delante del edificio del Rectorado de la Universidad de Sevilla. De hecho, el palio se detuvo unos instantes ante la puerta principal y esa levantá se dedicó a la Hermandad de los Estudiantes.
Aún en la calle San Fernando, cuando la tarde estaba muy cerca de ser noche, daría tiempo a escuchar dos marchas más: "Madre de los Gitanos Coronada" y nuevamente "La Estrella Sublime".
La Virgen de la Candelaria pasó por la Puerta de Jerez cuando faltaban pocos minutos para que se encendiera el alumbrado navideño. Pasó a los sones de "Virgen de las Aguas" y con ella llegó hasta la puerta de la sede del Consejo General de Hermandades y Cofradías, cuyos dirigentes le cantaron la Salve. Como no podía ser de otra manera, la levantá ante la institución cofradiera se dedicó a todas las hermandades de Sevilla.
De allí se marchó cuando volvía a sonar "Candelaria". Ya en la plaza de la Contratación, la Banda de la Cruz Roja tocó el Ave María. Al detenerse, una mujer le cantó a la Virgen una saeta. Con el paso parado ante la sede de la Delegación del Gobierno de la Junta de Andalucía, la siguiente levantá se dedicó precisamente a la institución de todos los andaluces. Después, sonó "María Santísima del Refugio", seguida luego por "Macarena", de Emilio Cebrián, al girar a Miguel de Mañara.
Desde esta calle, el paso de palio alcanzó la plaza del Triunfo, donde la banda interpretó "Cristo en la Alcazaba" y después, tras rodear el monumento a la Inmaculada Concepción, "Mi Amargura", que generó un aplauso entre el público que llenaba esta zona. A continuación, la Candelaria llegó a la plaza de la Virgen de los Reyes con "Encarnación Coronada", seguida por "Pasa la Virgen de la Candelaria" mientras el paso de palio rodeaba la fuente para enfilar la puerta principal del Palacio Arzobispal, otro de los momentos destacados de la procesión.
Allí recibió a la Candelaria el arzobispo, José Ángel Saiz Meneses, acompañado de su antecesor, Juan José Asenjo. El palio se detuvo frente a ellos y el arzobispo dedicó unas palabras de felicitación a la hermandad por sus cien años y de agradecimiento por haberle acercado a la dolorosa. Desde su llegada a la Archidiócesis poco antes del verano, Saiz Meneses se encontró por primera vez en Sevilla con un paso de palio. En este punto, las representaciones de hermandades que habían acompañado a la cofradía desde la salida se despidieron, reduciéndose así el cortejo.
Con "Pasan los campanilleros", el paso de palio se alejó de la puerta del Palacio Arzobispal, y luego con "Virgen del Dulce Nombre" tomó la calle Cardenal Carlos Amigo. Después seguirían otras dos marchas dedicadas a dolorosas del Martes Santo: "Virgen de los Desamparados" y "Coronación", ésta ya en el giro de Alemanes a Hernando Colón.
Por Hernando Colón la Banda de la Cruz Roja tocó "Pasa la Virgen Macarena" antes de que sonara otro estreno musical al salir a la plaza de San Francisco: "Candelaria, fe de mi plegaria". El enorme árbol de luz montado en la plaza, el más alto de Europa, según dicen, no fue inaugurado hasta ayer, lunes. Si hubiera estado ya en funcionamiento habría generado no pocas instantáneas curiosas al discurrir junto a él un paso de palio.
Aún así, hubo bastantes fotos de ese tipo a partir de esta zona, principalmente al pasar junto a las luces de la avenida de la Constitución o en la plaza Nueva, con la fachada del Ayuntamiento completamente iluminada. Hasta ahí llegó la Candelaria con la marcha de quien es considerada la Patrona del Consistorio, "Hiniesta Coronada", y después volvió a sonar "Pasa la Virgen de la Candelaria".
Con la composición de López Gándara el palio pasó por encima de la alfombra de sales creada por unos cofrades de Sanlúcar de Barrameda. El paso miró en primer lugar hacia la puerta del Ayuntamiento, donde estaba la representación municipal, pero siguió girando para acabar mirando hacia la plaza.
Con el paso detenido, Álex Ortiz cantó una saeta a la Virgen de la Candelaria y el alcalde, Juan Espadas, entregó un ramo de flores que se colocó junto a la peana.
"Por el Ayuntamiento y por todos los sevillanos", dijo el capataz antes de que el paso se levantara para emprender el camino de regreso a San Nicolás. Para ello sonaron de nuevo "Candelaria, luz de Sevilla" y "Candelaria" y, tras una parada, le siguió "Virgen de los Negritos" en el giro a la calle Granada, donde hubo un relevo de costaleros.
Poco después, el paso discurrió por el lateral de la plaza de San Francisco contrario al anterior y fue hacia Francisco Bruna con "Como tú, ninguna". Y de una de las marchas macarenas más recientes y que más éxito han tenido a otra, "Sé siempre nuestra Esperanza", con la que el palio pasó por Entrecárceles y alcanzó Álvarez Quintero. Luego fue el turno de "La Gracia de María" mientras el palio pasaba por la plaza del Salvador y se detenía junto al retablo cerámico del Cristo del Amor.
La Hermandad del Amor fue la destinataria de la siguiente dedicatoria de levantá antes de que el paso se dispusiera a recorrer la calle Villegas y el inicio de la Cuesta del Rosario con la marcha "Mi Amargura". Después se detuvo para continuar luego con "Virgen de la Paz", durante la que hubo una petalada para la Candelaria, y girar a la plaza de la Pescadería con "Macarena", de Abel Moreno.
Desde que la Candelaria dejó atrás el Ayuntamiento, y con él la zona vallada, se notó que cada vez más gente se colocaba delante del paso de palio para ir acompañándolo, lo que dificultaba bastante poder avanzar. Esto fue más evidente a partir de la plaza de la Alfalfa, a la que llegó mientras nuevamente sonaba "Pasan los campanilleros".
En presencia de un miembro de la Hermandad de los Gitanos, la siguiente levantá se hizo por la cofradía que cierra la Madrugá y que tanto tuvo que ver en los orígenes de la Hermandad de la Candelaria. Después sonó "Tras tu verde manto" y luego, tras una levantá dedicada a los acólitos, "Virgen de las Aguas". En la esquina con la calle Jesús de las Tres Caídas un hombre cantó desde un balcón la Salve a la Candelaria, que a continuación se marchó hacia Candilejo con "María Santísima del Subterráneo".
"Siempre la Esperanza" y "La Estrella Sublime" fueron las marchas interpretadas por la Banda de la Cruz Roja en Candilejo y Cabeza del Rey Don Pedro. Después hubo una levantá por los agentes de la Policía Nacional y la Guardia Civil, y el palio se levantó para dirigirse a Muñoz y Pabón con "Pasa la Virgen Macarena".
En esta calle el paso avanzaba lentamente, por lo que hubo tiempo de que la banda tocara hasta cuatro marchas más antes de alcanzar la plaza Ramón Ybarra Llosent: "Esperanza Macarena", "Candelaria", "Hosanna in excelsis" y "Candelaria, luz de Sevilla". Antes de esta última hubo una levantá por la Banda de las Tres Caídas, que ya había culminado su participación en la salida extraordinaria.
En dicha plaza, una mujer cantó desde un balcón una saeta con la letra del Ave María. Seguidamente, el paso de palio se marchó con "Coronación de la Macarena" y, tras un parada, encadenó hasta tres marchas seguidas mientras daba un giro de trescientos sesenta grados ante la puerta de San Nicolás. Fueron "Encarnación Coronada", "Pasan los campanilleros" y "Rosario de Monte-Sión".
Con el paso de palio parado ante la puerta, de nuevo un hermano tuvo que subirse a una escalera para, en este caso, plegar los remates de las caídas antes de realizar la entrada. La última levantá en la calle fue a pulso y a continuación el palio empezó a acercarse a la puerta. La Banda de la Cruz Roja inició una vez más la marcha "Pasa la Virgen de la Candelaria", aunque la interrumpió poco después para que la complicada maniobra de entrada se realizara en silencio.
Completada la maniobra, sonó el Himno de España cuando eran exactamente las 23,47 de la noche. El enorme retraso que algunos auguraban se quedó en sólo diecisiete minutos.
Pero las puertas de San Nicolás no se cerraron inmediatamente, ya que antes la banda al completo entró para, como había hecho en la salida, tocarle a la Virgen de la Candelaria en el interior del templo. Fueron dos composiciones: "Candelaria" y "Pasan los campanilleros".
Con ellas, ahora sí, se cerró una salida extraordinaria que lo fue en el más amplio sentido de la palabra. La Candelaria ha cumplido cien años y lo ha celebrado como una ocasión así lo merece: con sus dos titulares en las calles repartiendo salud y luz por Sevilla.
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