María Santísima de la Esperanza Macarena alcanza hoy alcanza hoy, domingo, el cuarto y último día del acto de veneración que la mantiene en el presbiterio de su Basílica sobre una fina peana de plata para ser contemplada de cerca durante unos segundos por los devotos que acuden a visitarla.
En este culto, sustitutivo del habitual besamanos, la Esperanza Macarena lleva su nueva saya, bordada en oro y sedas sobre tisú de plata por José Antonio Grande de León. Se trata de una pieza que ya ha sido bautizada como la saya de las virtudes teologales, dado que están representadas en ella la Fe, la Caridad y la Esperanza.
Por otra parte, luce también el manto camaronero, el que bordó Juan Manuel Rodríguez Ojeda entre 1899 y 1900, siendo por tanto el más antiguo de los tres mantos procesionales que posee la imagen, así como la toca de sobremanto bordada en oro sobre malla por Fernández y Enríquez en 1989, según el diseño de Antonio Garduño. Luce igualmente la corona de salida, sus cinco mariquillas y la Medalla de la Ciudad, entre otros broches y joyas. Del fajín rojo pende la pluma de oro de Muñoz y Pabón, y en las manos tiene un pañuelo y dos rosarios.
El espacio del presbiterio ha sido decorado como si de un salón real se tratara, con un cortinaje de terciopelo rojo al fondo, ocultando el retablo, abierto en la zona central por un arco de madera dorada con dos espejos. En ese espacio central hay un pequeño pabellón real ante el que se sitúa el trono colocado en la parte más alta de una escalera que tiene dos ángeles mancebos en los laterales. Junto al trono hay además dos artísticos pies de madera dorada que sostienen sendos candelabros.
A los lados de la escalera hay cuatro altos blandones dorados, y entre cada pareja se ha ubicado una jarra del paso de palio con las mismas flores blancas que decoran el presbiterio en distintos puntos del montaje. Además, hay cuatro macetas de cerámica con altas plantas naturales.
Finalmente, en los laterales del presbiterio vemos dos pequeños doseles con goteras de terciopelo rojo bordado y con forma circular, que cobijan unas pinturas de la Virgen a la izquierda y de San José a la derecha, ambos con el Niño. Además, ante cada dosel hay unos frontales de plata y encima de cada uno se han dispuesto dos jarritas, seis candeleros y un relicario.
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