Aunque aún es enero, cuando lo habitual es que se celebre ya en febrero, María Santísima de la Angustia, de la Hermandad de los Estudiantes, ha estado este domingo expuesta en veneración desde la finalización de la función solemne en su honor hasta las ocho de la tarde. Con este motivo, la dolorosa estaba situada sobre un entarimado forrado en color rojo en cuyo centro se alzaba en su peana procesional, vestida con su manto de salida (2005) y la saya de terciopelo azul bordada en oro por el taller de Santa Bárbara, el mismo responsable del manto, en 2006.
Lucía la corona de salida, de Emilio García Armenta (1946), en el pecherín contaba con un puñal y una pequeña cruz, y en las manos sujetaba un pañuelo de encaje en la derecha y un rosario de cuentas blancas en la izquierda. Asimismo, tenía un fajín rojo de borlones dorados en cuyo nudo estaba la medalla de la Universidad de Sevilla.
Flanqueando a la Virgen que tallara Juan de Astorga, veíamos un total de catorce candeleros con cera blanca, siete a cada lado, abrazando dos jarras del paso de palio con diversas flores blancas colocadas de forma cónica. Detrás, hacia los extremos del presbiterio de la capilla universitaria, había otras dos jarras sobre pies de base cuadrada, y junto al Santísimo Cristo de la Buena Muerte veíamos otras dos, abrazadas cada una en este caso por nueve candeleros.
Finalmente, se colocaron para completar el montaje de este acto de veneración a la Virgen de la Angustia la bandera concepcionista en el lado izquierdo y el estandarte corporativo en el derecho.
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