El pasado fin de semana volvió a la Capilla de los Marineros la imagen del Señor de la Humildad y Paciencia, que por este motivo fue ubicado en la nave del Cristo de las Tres Caídas para su contemplación desde todos los ángulos antes de regresar a su retablo, en la nave de la Epístola.
Esta imagen, de la que se desconoce su procedencia y su autoría, aunque se atribuye al círculo de Juan Bautista Patrone, pertenece a la Hermandad de la Esperanza de Triana desde al menos, que se sepa, el siglo XIX. En diciembre de 2020 fue retirado del culto para una prolongada restauración llevada a cabo por Isabel Rabadán del Saz y Juan Alberto Filter Peinado.
Ha sido, por tanto, más de un año el tiempo en que la talla ha estado retirada del culto; tiempo que incluye los estudios previos sobre su estado de conservación y sobre su estilo artístico e historia material. En cuanto a la restauración propiamente dicha, los encargados de esta labor han trabajado en la consolidación de la estructura, en la limpieza de la policromía, que presentaba manchas y repintes, y en la reintegración de lagunas pictóricas que se habían producido en distintos puntos de la superficie de la imagen.
El resultado de esta larga intervención es evidente, al presentar ahora una policromía mucho más clara que permite apreciar, por ejemplo, los regueros de sangre, algunos de los cuales permanecían prácticamente ocultos tanto por la suciedad acumulada como por los que fueron pintados o repasados por algún voluntarioso sin los conocimientos necesarios. Llaman la atención especialmente, sobre todo porque no se pueden ver nunca al no ser imagen procesional y estar siempre en su retablo, las heridas y la sangre de la espalda alusivas al martirio de la flagelación.
El "miarma", como popularmente se conoce a esta imagen de gran devoción, ha vuelto a la Capilla de los Marineros, donde en el último año su retablo ha estado ocupado por la Magdalena (ver) y por el propio Cristo de las Tres Caídas (ver).
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