martes, 13 de octubre de 2015
LA HISPANIDAD EN TRIANA SE LLAMA MADRE DE DIOS DEL ROSARIO
Triana celebró ayer el Día de la Hispanidad con la salida, como es costumbre, de Madre de Dios del Rosario, Patrona de Capataces y Costaleros, que recorrió las calles del barrio durante más de cuatro horas, guiada en esta ocasión por Carlos Yruela, que estuvo al frente de un martillo por el que cada año pasa un capataz diferente de Sevilla.
La Banda de Cornetas y Tambores del Santísimo Cristo de las Tres Caídas fue abriendo paso al cortejo, que contó con cruz alzada y ciriales, simpecado, las representaciones de varias hermandades (aunque sólo la Pastora de Triana acompañó a Madre de Dios del Rosario hasta la casa que ambas hermandades comparten, la 'Catedral' trianera de Santa Ana), el estandarte propio y la presidencia.
Tras un itinerario que llevó a la Virgen del Rosario a recorrer calles como Santísimo Cristo de las Tres Caídas, Rodrigo de Triana, San Jacinto (con visita a la Capilla de la Estrella), Pagés del Corro, Antillano Campos, San Jorge y Altozano, alcanzó la calle Pureza en el tramo final de su recorrido.
La Banda de Música del Maestro Tejera interpretó, con la maestría que no sólo va en su nombre, sino principalmente en su forma de tocar cada composición, la marcha "Madre Nuestra del Rosario". Posteriormente, se acercó a la Capilla de los Marineros con "Soleá, dame la mano", con la que se situó frente a las puertas del templo, que es tanto como decir frente a la Virgen de la Esperanza. Cuando se detuvo, los presentes cantaron precisamente la Salve a la Esperanza de Triana.
Sin llegar a entrar en la capilla, Madre de Dios del Rosario se dispuso a continuar su camino con una levantá a pulso a la que siguieron los sones de "La Esperanza de Triana", de Farfán.
Hay que destacar que para esta salida procesional, la Virgen del Rosario vistió, además de su característico manto rojo bordado en oro, una saya azul con bordados también en oro. Asimismo, lucía corona, ráfaga, cetro y media luna de plata, y entre las joyas destacaba un collar de perlas, además de tres rosarios, uno en cada mano y otro más pequeño en las manos del Niño.
En cuanto al paso, contaba con un exorno floral compuesto fundamentalmente de claveles blancos y paniculata en jarras y friso, y nardos en las esquinas.
Madre de Dios del Rosario continuó por Pureza con la marcha "Coronación de la Macarena", a la que siguió después "María Santísima del Subterráneo" mientras se le lanzó a la Virgen una gran petalada desde la casa de hermandad. Quizá esta bella marcha de Gámez Laserna sea demasiado sobria para hacerla coincidir con una petalada, aunque no por ello el momento perdió emotividad. A continuación, sin solución de continuidad, se enlazó esta marcha con "El Corpus" en el giro de Pureza a Vázquez de Leca.
En los últimos metros de esta salida procesional de Madre de Dios del Rosario, y tras el definitivo relevo de costaleros, el paso realizó una chicotá a tambor por Vázquez de Leca, antes de que la Banda de Tejera tocara "Madre de Dios del Rosario de los Costaleros", con la que giró hacia Pelay Correa.
Sería conveniente reponer en los respiraderos de este paso los escudos de las diferentes hermandades que son tan característicos en estas andas procesionales, ya que, por ejemplo, en la trasera no queda ninguno en su sitio, cuando hace algunos años resistía en solitario en el paño central el de la Hermandad de la Lanzada.
Ya en la Plazuela de Santa Ana, sonaría para la Patrona de Capataces y Costaleros, como no podía ser de otra forma y como es habitual, "Hermanos costaleros". Con esta marcha, el paso fue girando para situarse ante la puerta de la parroquia de cara a sus devotos.
Finalmente, con la ráfaga rozando levemente con el dintel del templo, la Virgen del Rosario entró y la Banda de Tejera culminó su acompañamiento con el Himno Nacional.
Ya dentro, Carlos Yruela se dirigió a los costaleros para afirmar sentirse "el hombre más feliz" por haber tenido la oportunidad de conducir este paso. Acto seguido, sin la banda de música, aún sonó otra marcha para Madre de Dios del Rosario; en este caso, "Jesús de las Penas", interpretada en el órgano del principal templo trianero. Con este acompañamiento musical, el paso fue conducido hasta delante de la capilla de la hermandad, en la cabecera de la nave del Evangelio.
Una vez cuadrado el paso con el foco que debía iluminar la cara de la Virgen, el hermano mayor, Carlos Villanueva, entregó a Carlos Yruela un diploma en recuerdo de esta salida procesional y le agradeció a él y a toda la cuadrilla el trabajo realizado llevando a Madre de Dios del Rosario por las calles de Triana. Por último, una foto de familia puso fin a esta particular forma que tiene el antiguo arrabal trianero de celebrar el Día del Hispanidad: con la Virgen del Rosario, advocación que como tantas otras cruzó el Atlántico, dando nombre en Latinoamérica a innumerables imágenes de la Madre de Dios, a templos y hasta a ciudades. La hispanidad también se vive junto al Rosario.
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