El pasado domingo tuvo lugar la celebración del rosario parroquial organizado por la Parroquia de la Milagrosa y la agrupación del mismo nombre, para lo que la Virgen del Rosario, recientemente restaurada por Darío Fernández Parra, fue llevada en andas por el barrio de Ciudad Jardín.
A las seis de la tarde se inició este culto externo, saliendo del templo el cortejo encabezado por cruz alzada y ciriales, seguidos de varios hermanos con cirios, el estandarte corporativo y el cuerpo de acólitos.
Pronto salió a las calles la Virgen del Rosario, sobre unas sencillas andas iluminadas por seis candeleros con cera blanca y exornadas con un friso de claveles blancos y nardos en las esquinas y a los pies de la imagen. En cuanto al llamador, era el del paso de misterio de Nuestro Padre Jesús de la Esperanza.
La dolorosa que tallara Francisco Buiza vestía manto burdeos liso con cenefa de brocado dorado, y saya de aplicación sobre tisú dorado. Lucía además la corona de salida, un puñal, el broche con su advocación y dos rosarios, uno en cada mano.
Una vez en la calle, en la Avenida Ciudad Jardín, la Virgen del Rosario giró a la izquierda y en el cruce con Francisco Buendía pasó al lado derecho de la avenida para continuar bastantes metros hacia adelante por la arteria principal del barrio.
El cortejo abandonó la avenida por la calle Arzobispo Salcedo, a la que después seguirían Doña María de Molina, Manuel Machado, Miguel de Zumárraga y otras calles del barrio hasta salir de nuevo a la Avenida de Ciudad Jardín por Francisco Buendía, todo ello con el acompañamiento del Coro de Campanilleros Amigos de la Navidad, del Cerro del Águila.
Finalizado el rosario parroquial, tuvo lugar una misa en el templo oficiada por su párroco, José Antonio Plata, que igualmente participó en este culto durante todo su recorrido.
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