La Hermandad de Nuestra Señora de Araceli celebró durante los pasados domingo y lunes el besamanos a su imagen titular, que para este culto interno fue situada en el presbiterio de la Parroquia de San Andrés, elevada sobre una fina peana de plata y una media luna a sus pies.
La Virgen de Araceli vestía el manto de tisú verde estrenado en 2013 y la saya de tisú bordada en oro, restaurada y enriquecida por Mariano Martín Santonja en 2009. Asimismo, lucía corona, rostrillo y ráfaga de plata con flores de talco, además de diversas joyas, como un colgante en forma de ángel donado a la hermandad y que llevaba en su mano derecha el Niño Jesús, o la medalla de la Virgen de Aguas Santas de Villaverde del Río, que la Virgen de Araceli sostenía junto a un rosario también en la mano derecha, que es la que daba a besar a los devotos.
Flanqueaban a la Virgen dos ángeles mancebos con sendos faroles de plata, así como dos jarras del siglo XIX con gladiolos blancos y pequeñas rosas. Además, unos ángeles sostenían el manto de la Virgen de Araceli en los extremos y en la parte de detrás.
Rodeando a la Virgen también se ubicaron dos jarras plateadas con más flores, dos candelabros dorados elevados sobre columnas y cuatro blandones con cera blanca.
Detrás, se dispuso un dosel de madera tallada y dorada con fondo de tela roja, ante el que se colocó un sillón cedido por la Hermandad de la Pastora de Capuchinos con un cetro plateado sobre él. A ambos lados del dosel se situaron dos candelabros de plata y pequeñas mesas doradas con flores.
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