El pasado sábado, la comunidad carmelita del Santo Ángel vivió una histórica jornada con la Coronación Canónica de la Virgen del Carmen, colosal talla de Cristóbal Ramos recientemente restaurada por Antonio Díaz Arnido y Manuel Ruiz-Berdejo. El Año Teresiano, conmemorativo del quinto centenario del nacimiento de la Santa de Ávila, fue la razón por la que el arzobispo de Sevilla, Juan José Asenjo, decidió coronar canónicamente a la Virgen del Carmen que preside el templo de la calle Rioja, a la que impuso la corona de oro labrada por Orfebrería Triana, según diseño de Sergio Cornejo.
Para este acto, el templo estuvo bellísimamente adornado con un gran número de flores repartidas fundamentalmente por el altar mayor, así como guirnaldas, la caída frontal y el techo del palio de Rodríguez Ojeda de la Hermandad de la Estrella, y los faldones delantero y trasero del paso del Señor de las Penas de la misma hermandad con el emblema del Carmen adherido a los mismos.
Al día siguiente de la Coronación, la Virgen del Carmen permaneció en el presbiterio del templo, donde todos los devotos que lo quisieron tuvieron la oportunidad de besar el escapulario que sujetaba con su mano derecha.
Fue una nueva ocasión, como la del pasado mes de julio, cuando se expuso la imagen tras su restauración, de contemplar de cerca esta gran obra de Cristóbal Ramos, tallada alrededor de 1780, y que ya es una nueva Virgen Coronada de Sevilla.
Por otro lado, en la cabecera de la nave de la Epístola se situó el original cartel de la Coronación Canónica, un tríptico pintado al óleo sobre tabla por Jonathan Sánchez Aguilera; una obra excepcional que ha contribuido a darle aún más solemnidad a estos días grandes para los Carmelitas Descalzos del Santo Ángel.
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