La continua lluvia que cayó durante prácticamente toda la tarde de ayer, domingo, impidió la salida de la Virgen del Rosario de la Macarena, que se quedó en la Basílica sin poder pisar las calles de la feligresía de San Gil.
La salida tenía que haberse producido a las siete de la tarde, pero casi nadie albergaba esperanzas. El hermano mayor, Manuel García, acompañado de parte de su junta de gobierno, salió pronto para anunciar lo esperado: no habría salida.
El hermano mayor recordó que el año pasado, que también estaba la cosa complicada en lo meteorológico, la cofradía pudo realizar su recorrido a un ritmo más rápido y logró esquivar la lluvia, que hizo acto de presencia justo cuando la Virgen ya estaba entrando (ver). Este año, sin embargo, tras consultar todos los partes posibles, era obvio que no había opción alguna.
En lugar de la salida procesional, se rezó el Rosario ante el paso, colocado en el presbiterio de la Basílica y adornado con rosas blancas y nardos. Numerosos hermanos y algunos costaleros y componentes de la Banda del Carmen de Salteras se quedaron en el templo durante el rezo.
La Virgen del Rosario, que vestía manto rojo y saya de tisú, ambos bordados en oro, tendrá que esperar hasta octubre de 2017 para salir en procesión por las calles más cercanas a la Basílica.
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