Como cada año, coincidiendo con la celebración de la festividad de Todos los Santos, la Hermandad del Carmen del Santo Ángel celebra el llamado besamanos de Ánimas a su Virgen titular; un culto que comenzó ayer, domingo, y que se extenderá hasta este miércoles.
Vestidos tanto la Virgen del Carmen como el Niño Jesús con el tradicional hábito carmelita, la imagen mariana luce además una larga mantilla blanca, una tiara de flores secas, un alfiler con su advocación, el escudo de la corporación en uno de los lados del pecherín y unos pendientes. Además, sujeta con la mano derecha un pequeño ramo de flores de talco y el escapulario asociado a la advocación carmelita. El Niño, por su parte, lleva también un broche y un escapulario.
La Virgen del Carmen, situada en su capilla, a los pies de la nave de la Epístola del templo de la calle Rioja, está elevada sobre una pequeña peana de madera tallada y policromada con cabezas de ángeles.
Alrededor de la Virgen se han dispuesto dos de los candelabros de guardabrisas de las esquinas de su paso procesional y los dos de los costeros, así como dos parejas de candeleros entre pies plateados que sostienen sendos centros de crisantemos blancos, la flor habitual de estas fechas.
Detrás, sobre una estructura de la que forman parte varias piezas de la canastilla del paso de Santa Teresa, se ha colocado un simpecado ante un sencillo dosel de damasco rojo con galones dorados. Y ante éste, vemos un buen número de candeleros con cera blanca y las jarras de la delantera del paso de palio de la Virgen del Carmen Doloroso, regaladas a esta cofradía del Miércoles Santo por el resto de hermandades de la jornada en 2009 con motivo de su primera salida bajo palio. Estas jarras portan margaritas.
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