La Hermandad de la O culmina hoy, festividad de la Expectación de la Virgen María, el besamanos a María Santísima de la O, que ofrece sus manos a los devotos en el presbiterio alto de su parroquia, elevada sobre una peana plateada de la propia corporación.
Para este culto se muestra vestida con su manto procesional y saya de terciopelo azul bordado en oro, y con la corona de oro de Orfebrería Triana que le impuso el Cardenal Carlos Amigo en la Coronación Canónica que tuvo lugar hace diez años. En el pecherín, la dolorosa tiene un alfiler donde se lee "María de la O" y una cruz que reproduce la de carey y plata que porta cada Viernes Santo la imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno. Además, en la mano izquierda la Virgen de la O tiene un rosario.
Flanqueando a la Virgen vemos en el suelo dos jarrones de plata con diversas flores como tulipanes blancos y rosas de color rosa, mientras que más hacia los extremos hay dos candelabros plateados con cinco velas blancas cada uno colocados sobre sendas columnas de madera dorada con fuste de estilo salomónico.
Detrás de la Virgen de la O vemos un gran cortinaje de terciopelo rojo que cubre por completo el retablo mayor de la parroquia de la calle Castilla, con galones y flecos dorados en la parte superior. Asimismo, hay un gran pabellón con una corona y los paños de bocina de la cofradía, mientras que debajo hay un trono con el escudo de la hermandad. A sus lados, dos jarras del paso de palio sobre otras dos columnas doradas como las anteriores, aunque más altas. Y junto al pabellón, hay dos estípites de madera dorada con sendos espejos con artísticos marcos en la parte superior, y de los que cuelgan algunos borlones del palio de la O.
El altar de besamanos de María Santísima de la O se completa a un lado y a otro del presbiterio con la presencia de la cruz alzada con manguilla entre ciriales, y el estandarte corporativo de la hermandad, además de un gran centro floral ante la imagen.
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