viernes, 8 de diciembre de 2017
INMACULADA 2017: CABEZA
La Hermandad de las Siete Palabras celebra el besamanos a Nuestra Señora de la Cabeza con motivo de la festividad de la Inmaculada. Para ello, la dolorosa se encuentra situada en el presbiterio alto de la Parroquia de San Vicente, elevada sobre la peana de madera dorada habitual de este culto.
La Virgen de la Cabeza viste su manto de salida, junto a la toca de sobremanto de Carrasquilla que acaba de ser restaurada por la empresa Cyrta (Conservación y Restauración de Tejidos Antiguos), y la saya de raso blanco bordada en oro, al igual que el manto, por Manuel María Ariza en 1863, prendas ambas que se confeccionaron para la Virgen del Rosario, titular letífica de la misma hermandad.
Por otro lado, la dolorosa lleva su corona procesional, de Viuda de Villarreal (1972), mientras que en el pecherín tiene un puñal y un broche con el escudo de la hermandad. En la mano izquierda sujeta un rosario, mientras que la derecha, en la que no tiene nada, la muestra extendida para acoger los besos de los devotos.
Junto a la Virgen hay dos mesas de madera dorada con sendos candelabros de cuatro velas blancas cada uno. Y al fondo, con el retablo mayor de San Vicente cubierto por un gran cortinaje de damasco rojo, el estandarte sacramental de la hermandad preside un efímero altar compuesto por una estructura de madera dorada iluminada por diversos candeleros y adornado por varias jarras del paso de palio con flores blancas como rosas y lilium. Asimismo, se ha colocado un sagrario de madera dorada entre los dos ángeles de orfebrería que van en los costeros del paso de Nuestro Padre Jesús de la Divina Misericordia.
Finalmente, hay que señalar que en la parte delantera del presbiterio hay cuatro altos blandones, dos a cada lado; y entre cada pareja hay un pie dorado en forma de columna de fuste estriado que sostiene una jarra también del paso de palio.
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