Después de recuperarlo en las reglas de la hermandad el año pasado (ver), el Santísimo Cristo de las Siete Palabras ha vuelto a salir a las calles este viernes con el rezo del vía crucis, aunque con un cambio de itinerario respecto al del año 2023.
Así, tras el rezo de las dos primeras estaciones en el interior de la Parroquia de San Vicente, la primera de ellas en la capilla sacramental, el crucificado salió a la calle que lleva el nombre de la parroquia para recorrer Cardenal Cisneros y girar a Jesús de la Vera-Cruz. Allí ha entrado en el Colegio del Sagrado Corazón de Jesús para el rezo de la cuarta estación (la tercera se rezó ante la fachada de la parroquia).
Con el acompañamiento de la Coral Polifónica de Jesús Despojado ante las andas, el Cristo de las Siete Palabras ha parado ante la Capilla del Dulce Nombre de Jesús, en la que los titulares de la cofradía del Miércoles Santo residieron temporalmente durante el cierre de varios años de San Vicente. Ante los cofrades de la Vera-Cruz se rezó la quinta estación del vía crucis.
Las dos siguientes estaciones tuvieron como escenario la calle Baños. En concreto, la séptima se rezó a la altura del antiguo Convento del Carmen, actual Conservatorio de Música, donde la Hermandad de las Siete Palabras tuvo su sede canónica hasta la desamortización del convento.
El recorrido continuó por Goles, donde se rezó la octava estación, y por la Puerta Real, rezándose la novena ante la Capilla de las Mercedes. A continuación, el Cristo de las Siete Palabras siguió por Alfonso XII, con la décima y la undécima estación (ésta a la altura de la plaza del Museo), y por la calle San Vicente, siendo la duodécima estación la última que se rezó en la calle, en concreto ante el Convento de las Siervas de Jesús.
Finalmente, comandado por el capataz Rufino Madrigal, el Cristo regresó a San Vicente, donde la penúltima estación se rezó con la imagen a los pies de la nave central y la última en la capilla sacramental.
El propio párroco de San Vicente, Carlos Coloma, y el capataz participaron portando sobre sus hombros al Cristo, que fue ubicado en el centro de la capilla, tumbado y con los brazos de la cruz apoyados en sendas mesas de madera dorada. Junto al crucificado quedaron la Virgen de los Remedios y San Juan Evangelista. Este domingo el Cristo y la dolorosa estarán expuestos en besapié y besamanos, respectivamente.
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