El pasado Domingo de Pasión, a siete días de su estación de penitencia, se celebró el vía crucis de la Hermandad de Jesús Despojado, con la imagen del Señor llevada en andas por las calles que rodean la Capilla del Mayor Dolor.
A las ocho de la tarde se abrieron las puertas del pequeño templo de la plaza de Molviedro para la salida del cortejo, encabezado por cruz alzada con manguilla entre ciriales. Después iban dos tramos de hermanos con cirios separados por el estandarte corporativo. Y delante de los ciriales se colocó un hermano con una cruz de penitente, que es la que durante el recorrido fue marcando el lugar donde se rezaría cada estación. En cuanto al acompañamiento musical, corrió a cargo de la coral de la propia hermandad y un trío de capilla de la Banda del Liceo de Moguer.
Jesús Despojado llevaba en este vía crucis una túnica blanca y en la cabeza tenía unas potencias doradas. Cuatro hachones color tiniebla iluminaban las andas en las esquinas, mientras que el exorno floral se componía de claveles, rosas de pitiminí y calas, todo ello de color rojo. El llamador, una sencilla cruz arbórea, sufrió un pequeño incidente en la calle Castelar al romperse la parte superior del stipes.
Llevado por varios hermanos que se irían turnando por el camino, e incluso por músicos de la Agrupación Virgen de los Reyes, el Señor salió de la capilla e inmediatamente se detuvo para el rezo de la primera estación del vía crucis. Se dirigió a Castelar, en cuya esquina se rezó la segunda, y después la recorrió casi entera, dado que giró a su izquierda en Gamazo para continuar por Padre Marchena y Quirós, saliendo nuevamente a Molviedro.
En sólo cuatro días, Jesús Despojado volverá a salir a las calles. Será porque habrá llegado un nuevo Domingo de Ramos.
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