Nuestra Señora del Carmen en sus Misterios Dolorosos se encuentra este fin de semana expuesta en solemne veneración en la Parroquia de Omnium Sanctorum, presidiendo un altar ubicado hacia la mitad de la nave de la Epístola, en un espacio convertido en salón real gracias a los cortinajes de terciopelo y damasco rojo que la adornan.
La Virgen del Carmen está vestida con el manto blanco bordado en oro y sedas por Manuel Solano en 2018. Del mismo autor es la saya también blanca que lleva, en cuya cintura tiene un fajín rojo con borlones dorados. Sobre la cabeza tiene la corona procesional, de Emilio Méndez, y en el pecherín vemos un puñal, un alfiler con su advocación, un camafeo con la tradicional iconografía pictórica de la advocación carmelita y un broche con el emblema de la Orden del Carmen.
La dolorosa, que se encuentra elevada sobre una pequeña peana plateada, tiene extendida la mano derecha, con la que sujeta un rosario de cuentas blancas, mientras que en la izquierda tiene un pañuelo y unos escapularios.
Detrás, formando una especie de dosel, están los respiraderos del paso de la Virgen del Carmen del Santo Ángel, cofradía con la que la del Carmen Doloroso está hermanada. Y en los laterales de este efímero salón encontramos dos mesas de madera dorada entre blandones dorados con cirios blancos. En cada mesa hay dos bandejas de plata y un ángel. El de la izquierda tiene unos escapularios y el de la derecha un rosario.
El exorno floral se compone de una variedad de especies de color blanco; son lilium, claveles, astromelias, crisantemos y estátice. Está repartidas entre cuatro altas columnas plateadas, en el friso superior de los cortinajes y en la parte frontal de todo el conjunto, dejando libre el espacio justo delante de la imagen.
No hay comentarios:
Publicar un comentario