La Hermandad de los Panaderos celebra este fin de semana lo que ésta y otras hermandades se empeñan en seguir llamando "veneraciones", como si las imágenes no estuvieran expuestas a la veneración de los fieles durante todo el año. Pero así siguen llamando estas hermandades a los actos que, aún hoy, sustituyen (afortunadamente ya de forma residual) al tradicional besamanos, que es un culto recogido en sus reglas.
Teniendo en cuenta que el llamado Covid-19 apareció hace ya cuatro años y que dio lugar a una pandemia que ha sido declarada más que superada por la OMS y por la práctica totalidad (por no decir todas) las autoridades mundiales, por supuesto también el Gobierno de España y la Junta de Andalucía, lo que la Hermandad de los Panaderos (o la de Jesús Despojado la semana pasada) nos propone es todo un viaje en el tiempo, algo así como dos o tres años hacia atrás.
Así, nos encontramos a la Virgen de Regla en medio de un altar que podría parecer un besamanos, pero que no sólo no lo es, sino que tampoco es ningún culto conocido ni reconocible. Algunas personas esta misma mañana se sorprendían de no poder todavía, a estas alturas de la película, besar la mano.
Para este 'no besamanos', la dolorosa de la calle Orfila está vestida con el manto y la saya de su Coronación Canónica, piezas ambas de Mariano Martín Santonja, y un tocado de tul. Además, luce la corona que el arzobispo Asenjo le impuso hace ahora trece años, mientras que en el pecherín muestra la Medalla de la Ciudad y un alfiler con su advocación. La Virgen de Regla cuenta con un fajín rojo con borlones dorados, mientras que en la mano derecha sostiene un pañuelo, y en la izquierda la espiga de orfebrería.
Ante el presbiterio de la Capilla de San Andrés, la Virgen se encuentra elevada sobre la peana de besamanos de la Caridad del Baratillo y flanqueada por dos columnas doradas con fuste de estilo salomónico que sostienen unas jarras con diversas especies florales de tonalidades blanca, rosa y morada. Además, delante y detrás de estas columnas hay cuatro pies dorados de base cuadrada con otras tantas jarras del paso de palio con las mismas especies florales que también están en un centro a los pies de la imagen.
Detrás, en la parte superior de una estructura que utiliza parte de los respiraderos también del palio de la Virgen de Regla, vemos al Señor del Soberano Poder, así como un gran número de candeleros con cera blanca, dos jarras y un centro con claveles rojos, y un crucifijo sobre la hornacina de los respiraderos en la que se representa a la Virgen de Regla de Chipiona. Finalmente, en el lado derecho del presbiterio está el estandarte corporativo.
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