Este sábado ha comenzado en la Parroquia de Santa Ana el besamanos a Nuestra Señora del Carmen, que se prolongará hasta mañana y que coincide con el fin de semana siguiente al de la festividad de Santa Teresa de Jesús.
Este año es novedad la ubicación de la Virgen, que no está delante de su capilla, como es habitual, sino en el trascoro de la 'catedral' trianera. Allí la vemos sobre una sencilla peana, vestida con un manto blanco de brocado, una mantilla blanca de tul a modo de toca de sobremanto, y saya y escapulario de color marrón con sutiles bordados en oro en sus perímetros.
La Virgen del Carmen luce una corona de plata y la ráfaga que algunas veces ha llevado en su salida procesional, aunque este año no la tenía en su procesión del mes de julio (ver). Además, a sus pies tiene una media luna, mientras que de la mano derecha, la que ofrece a los devotos, cuelgan unos pequeños escapularios de orfebrería.
Por otro lado, en el pecherín tiene una cruz, un gran broche con su advocación y el emblema carmelita, y una rosa de orfebrería. Y además, lleva unos llamativos pendientes. Por su parte, el Niño Jesús viste una túnica de terciopelo rojo, lleva su corona de salida y en las manos también porta unos escapularios.
Flanqueando a la Virgen del Carmen hay cuatro blandones de madera dorada con cirios blancos. Y en cuanto al exorno floral, se compone de diferentes especies de tonalidad morada, entre varias ramas verdes. Finalmente, una alfombra delimita el espacio de este besamanos.
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