Si el año pasado ya sorprendió encontrar a Madre de Dios de la Palma, de la Hermandad del Cristo de Burgos, expuesta en besamanos ante la capilla de la propia hermandad en lugar de en la de San Pedro Ad Vincula, como venía siendo habitual (ver), el pasado día de la Inmaculada Concepción la sorpresa fue aún mayor al ver a la dolorosa en el altar mayor de la Parroquia de San Pedro.
Allí, sobre una fina peana de plata, pudimos encontrar a la Virgen de la Palma vestida con su manto procesional, de Juan Manuel Rodríguez Ojeda, y con la saya verde de Pedro Pablo Gallardo con diseño de José Luis Asián Cano. En la cabeza tenía su corona procesional, de Marmolejo, y en el pecherín una palma de oro y la Medalla de la Ciudad que este mismo año le fue concedida a la hermandad por parte del Ayuntamiento.
A la altura del vientre estaba la Medalla de Oro de la ciudad de Burgos, y en el nudo del fajín rojo con borlones del mismo color y tres entorchados que tenía puesto llevaba un broche con el escudo de la propia hermandad. En cuanto a las manos, ofrecía la derecha a los devotos y con la izquierda sujetaba un pañuelo blanco de encaje.
Flanqueando a Madre de Dios de la Palma se ubicaron seis jarras de su paso de palio con claveles blancos, tres a cada lado, y un total de doce candeleros con cera del mismo color, dos tríos separados por las jarras a la izquierda y otros dos a la derecha. Además, más atrás se colocaron dos candelabros con tres velas cada uno, así como la bandera concepcionista a la izquierda del presbiterio y el estandarte corporativo a la derecha.
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