La tarde del pasado sábado celebró la Hermandad de la Resurrección el Vía Crucis de la Misión, con la imagen de María Santísima del Amor recorriendo algunas de las calles próximas a su Iglesia de Santa Marina.
A las siete de la tarde comenzó el rezo en el interior del templo con las intenciones del culto y con la primera estación. Posteriormente, el cortejo se puso en camino encabezado por la cruz de guía seguida de hermanos con cirios, el estandarte corporativo, un trío de música de capilla de la Banda de Música María Santísima de la Victoria, de Las Cigarreras, el cuerpo de acólitos con cuatro ciriales del paso de palio de la Virgen de la Aurora y una cruz de madera.
Antonio Santiago comandaba las andas en las que veíamos a la Virgen del Amor vestida con un manto burdeos y una saya verde, piezas ambas bordadas en oro, además de un tocado dispuesto por encima del manto. Sobre la cabeza tenía una diadema, en el pecherín un puñal, una pequeña cruz y un alfiler con su advocación, y en las manos llevaba un rosario, un pañuelo, una medalla de la hermandad y una corona de espinas. No faltó en la cintura la insignia lasaliana "Indivisa manent".
Tras salir a la plaza del Señor de la Sagrada Resurrección, las andas se detuvieron para el rezo de la segunda estación y después giró a la izquierda en la calle San Luis, deteniéndose ante el Colegio La Salle-La Purísima, sede fundacional de la corporación, para el rezo de otra estación.
Desde allí, el cortejo siguió hasta la plaza de San Marcos, donde también se rezó una estación del vía crucis, y se adentró en Castellar para comenzar una parte del recorrido que llevaría a la dolorosa de Jesús Santos Calero, a la primitiva Virgen del Aurora, a recorrer algunas de las estrechas calles situadas a la espalda de la Iglesia de San Luis de los Franceses.
Finalmente, la Virgen del Amor, con sus andas exornadas con jacintos, barbatus, matiolas, solomios, limonium y flor de cera, regresaría a Santa Marina saliendo a la calle San Luis desde Arrayán y concluyendo el vía crucis de nuevo dentro del templo antes de las nueve de la noche.
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