Hace unos días comentábamos con los Panaderos (ver) lo ridículo que es que haya hermandades que aún no hayan recuperado a estas alturas los tradicionales besamanos y besapiés. Pero lo de la Hermandad de San Esteban es ya rizar el rizo de lo absurdo.
El Señor de la Salud y Buen Viaje está hoy expuesto en "veneración", según anunciaba ayer en sus redes sociales la corporación del Martes Santo. No me canso de insistir en que en Sevilla las imágenes están todo el año expuestas en veneración y no guardadas en oscuros almacenes. Es, por tanto, un completo sinsentido que la hermandad anuncie la veneración de hoy, pero no la de cualquier otro día del año en que, como todas las imágenes, el Cristo está también expuesto en veneración.
Pero es que en esta hermandad eso es especialmente llamativo, dado que hablamos de un Cristo que no sólo se expone en veneración todos los días, sino a todas las horas del día, al estar situado junto a su ventana, por la que se le puede ver en cualquier momento, aunque la iglesia esté cerrada.
Así, se da hoy la paradoja de que, al no estar el Señor en su ventana, sino en la capilla sacramental, hasta que la iglesia no ha abierto esta mañana no ha sido posible su veneración, como tampoco lo será cuando cierre esta noche. Es decir, el día que la hermandad anuncia esa veneración que es posible durante todo el año, es justo el día en que menos tiempo va a estar expuesta en veneración, amén de los días en que está subido en el paso. Ridículo, ¿no?
En otras palabras, querida Hermandad de San Esteban, si no vas a mover al Señor de su ventana para su tradicional y ya completamente descartado besapié, ¿para qué lo mueves? Déjalo en su sitio y deja que sus devotos lo puedan venerar las 24 horas del día de hoy, como las de cualquier otro día. En fin...
Dicho todo esto, hay que comentar que el Señor de la Salud y Buen Viaje se sitúa hoy tan lejos o tan cerca de la gente como lo está en su ventana, ya que nadie puede acercarse a besarle el pie. ¿Tendrá conocimiento la hermandad de una nueva pandemia de la que aún no nos han hablado las autoridades?
El Cristo de la Ventana, hoy sin su ventana, se encuentra, como decíamos antes, en la capilla sacramental, sobre una antigua peana de la Virgen de los Desamparados y sobrevestido con la clámide púrpura bordada en oro por Joaquín Salcedo en 2020, reproduciendo el diseño de la desaparecida clámide de las florecillas. Lleva además corona de espinas y las potencias de salida, labradas en oro por Manuel de los Ríos.
Flanqueando a la imagen, sobre sendas mesas de madera dorada, hay dos jarras del paso de palio con diversas especies florales de tonalidades roja y morada, flores que también están a sus pies; así como diez candeleros con cera color tiniebla, cinco a cada lado. Finalmente, junto a la reja de la capilla, en el lado derecho, se sitúa el estandarte corporativo.
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