La Hermandad de la Virgen de las Nieves se vio sorprendida por la lluvia durante su salida procesional del pasado domingo, de la misma forma que ocurrió con la del Rosario de San Julián (ver). En el caso de las Nieves, que había salido a las seis de la tarde desde Santa María la Blanca, la lluvia la sorprendió en pleno barrio de Santa Cruz, después de su tradicional visita al Convento de las Teresas.
La opción por la que se decantó la junta de gobierno fue la de recortar el recorrido, dejando de pasar por la Plaza de la Alianza, Plaza del Triunfo y Plaza Virgen de los Reyes, a los pies de la Giralda, para salir directamente desde Rodrigo Caro a Mateos Gago, lo que hizo a gran velocidad siguiendo a su cortejo, que contaba con la cruz de guía, el simpecado y el estandarte corporativo.
El paso de la Virgen de las Nieves, por su parte, venía comandado por Paco Reguera y adornado con rosas, clavellines, astromelias y nardos. En cuanto al acompañamiento musical, correspondió un año más a la Banda del Maestro Tejera, que venía por esta zona tocando únicamente los tambores, sin marcha alguna que pudiera distraer del objetivo principal del paso, que era avanzar con rapidez para escapar de la lluvia.
Sin embargo, la lluvia paró y la hermandad se relajó cuando estaba cerca de la Parroquia de Santa Cruz, cuya hermandad de penitencia salió a la puerta con su estandarte y con un ramo de flores para ofrecérselo a la Virgen tallada por Leoncio Baglietto, como recientemene ha quedado demostrado en un artículo publicado en el número de agosto del Boletín de las Cofradías de Sevilla, después de décadas de atribuir sin demasiado fundamento la imagen a Juan de Astorga.
A la altura de la puerta de Santa Cruz, el paso comenzó a volverse mientras la Banda de Tejera interpretaba "Cristo en la Alcazaba", dedicada al Cristo de las Misericordias de la cofradía decana del Martes Santo.
Duró poco, sin embargo, la calma, dado que nuevamente se puso a llover con cierta intensidad, lo que hizo que el paso de la Virgen de las Nieves no completara el giro ante la parroquia (donde no podía refugiarse por los diversos escalones situados ante la fachada) y se dispusiera a continuar su camino. Incluso la banda cortó en seco la marcha de Fulgencio Morón y siguió a tambor tras el paso, que pronto alcanzó la calle Fabiola en su precipitado regreso a casa.
Nuevamente el cielo parecía dar una tregua y, tras sonar la marcha "Divina Pastora de Triana" en la calle Fabiola, con calma el paso giró a Ximénez de Enciso con "Madre de los Gitanos Coronada". Hay que apuntar que la Virgen de las Nieves vestía para esta salida manto blanco de tisú y saya del mismo material diseñada por Francisco Sosa y bordada en oro por José Antonio Grande de León en 2017.
A continuación, la Virgen giró hacia la calle Santa María la Blanca con "La Esperanza de Triana". Pero tampoco para la última calle del recorrido la lluvia iba a permitir a la cofradía disfrutar con tranquilidad. De nuevo hizo acto de aparición, por lo que la hermandad decidió, tras un relevo de costaleros, acelerar andando a tambor hasta la misma puerta del templo, donde, ahora sí, la Banda de Tejera interpretó la marcha "Virgen de las Nieves" mientras el paso giraba para colocarse mirando hacia la calle antes de entrar en su casa.
La lluvia no cesaba, poniendo nerviosos a algunos hermanos en un momento complicado, ya que las medidas de la puerta de Santa María la Blanca no permiten una entrada rápida. De hecho, un cofrade tuvo primero que subir al paso para plegar la parte superior de la ráfaga de la Virgen, y después los costaleros, ayudados por compañeros desde fuera, tuvieron que bajar el paso sobre la acera tras retirar los zancos para entrar definitivamente en el templo.
Y así se hizo hasta conseguir que a las nueve y media de la noche, una hora antes de lo previsto, la Virgen de las Nieves estuviera de nuevo en su templo, al que accedió mientras la Banda de Tejera, que por la tarde había estrenado la marcha "Santa María la Blanca", de Cristóbal López Gándara, tocaba una reducidísima versión del Himno de España.
Ya dentro del templo, el paso se detuvo a mitad de la nave central antes de ser finalmente llevado hasta el presbiterio. El canto de la Salve por parte de todos los presentes puso fin a la salida de 2019 de la Virgen de las Nieves, lamentablemente reducida en su parte final por una lluvia de la que al parecer nadie había tenido constancia previa.
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