El pasado viernes comenzó en la Basílica de la Macarena el acto de veneración a Nuestra Señora del Santo Rosario, un culto que finaliza hoy, domingo, y para el que la imagen se encuentra en el presbiterio del templo, vestida con el manto de tisú celeste que realizó José Guillermo Carrasquilla entre 1962 y 1964 de cara a la Coronación Canónica de la Virgen de la Esperanza.
Asimismo, podemos verla con la saya blanca bordada en 2009 por Francisco Carrera Iglesias, conocida como la de la casulla, y luce sus distintos enseres de orfebrería dorada. La imagen, que está sobre la peana de cultos de Felipe Martínez Oliver estrenada el año pasado, tiene una cruz pectoral, un juego de grandes pendientes y varios broches, así como un gran rosario de cuentas verdes sostenido tanto por la Virgen como por el Niño, dormido en su regazo.
El montaje cuenta con la presencia de los dos ángeles ceriferarios que han sido recientemente restaurados, así como con diversos elementos que convierten el altar de la Basílica en una especie de salón con jarrones de flores blancas, candelabros de plata, candeleros sobre frontales de altar de plata, dos mesas de madera dorada, dos pequeños doseles y un par de artísticos espejos. Además, las paredes laterales están cubiertas con cortinajes de terciopelo rojo.
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