Nuestra Señora del Rosario, de la Hermandad del Polígono San Pablo, lució este fin de semana en su acto de veneración un manto de camarín perteneciente a la Virgen del Patrocinio de la Hermandad del Cachorro. Así fue durante estos días, pero así fue también durante la bendición de la dolorosa hace quince años. En aquella bendición se quiso de alguna forma hermanar a las dos imágenes de Luis Álvarez Duarte compartiendo el manto, y ahora se ha conmemorado volviendo a lucir la misma prenda.
Además del manto, la Virgen del Rosario llevaba la saya de tisú de plata bordada en oro y plata por Charo Bernardino, autora también de las caídas del palio, y la toca de sobremanto de salida, bordada sobre malla. Lucía también la corona procesional, un puñal, una cruz pectoral, varios broches, dos anillos, cuatro rosarios, uno de ellos prendido de la cotilla, un pañuelo de encaje, una medalla y un fajín rojo con borlones dorados y tres entorchados en el que había un buen número de medallas. Además, en la cintura llevaba la insignia de la Unidad Militar de Emergencias, de la que la Virgen del Rosario Doloroso es Patrona, mientras que a sus pies estaba la gorra de uno de sus integrantes.
Alrededor de la imagen se colocaron unos candelabros plateados con codales blancos, y cuatro jarras del paso de palio con diferentes especies florales de color blanco que se ubicaron también en un grueso friso a sus pies. Detrás había dos ángeles mancebos que portaban faroles y un dosel formado por los respiraderos frontal y laterales del paso de palio. Al fondo, se ubicó un enorme cortinaje rojo, mientras que del techo colgaban cinco lámparas de araña de cristal.
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