miércoles, 10 de octubre de 2018

EL BESAMANOS A MARÍA SANTÍSIMA DE LA VICTORIA EN EL SAGRARIO DE LA CATEDRAL


Anoche concluyó el besamanos a María Santísima de la Victoria, de la Hermandad de las Cigarreras, que ha tenido lugar desde la tarde del domingo en la Parroquia del Sagrario de la Catedral. Empieza a ser ya una costumbre que las dolorosas que acuden a la Catedral para su Coronación Canónica se expongan en besamanos extraordinario en el Sagrario. Así ocurrió en 2016 con la Virgen de la Paz (ver) y el año pasado con la Salud de San Gonzalo (ver).
También ha sido así con la Virgen de la Victoria, que el pasado domingo fue trasladada en su paso de palio a la Catedral, a la que llegó en torno a las ocho y cuarto de la mañana tras haber salido a las seis de la Capilla de la Fábrica de Tabacos (ver). Nada más llegar, la hermandad comenzó a trabajar en el montaje del besamanos para que esa misma tarde estuviera abierto.
En estos dos días y medio de besamanos extraordinario han sido muchísimas las personas que han pasado por el Sagrario para besar la mano izquierda de la Virgen de la Victoria, ya que en la derecha sujetaba un pañuelo.
La dolorosa que cada Jueves Santo cruza el Guadalquivir por el Puente de San Telmo estaba situada en el presbiterio del templo, sobre una peana de plata y vestida con el manto de camarín confeccionado en 2015 por Jesús Rosado, con diseño de Rafael de Rueda inspirado en el manto de corte de la reina Victoria Eugenia. Llevaba también la saya azul bordada en oro por el Taller de Santa Bárbara en 1985 y un tocado de tonalidad plateada.
Estrenaba la diadema, una obra de plata sobredorada de los Hermanos Delgado que incluye una aguamarina en el centro de la cruz que la remata. En el pecherín, además de un puñal y algunos broches, lucía la Medalla de la Ciudad que hace una semana le entregó el alcalde de Sevilla, Juan Espadas, con motivo de la Coronación.
Flanqueando a la Virgen de la Victoria estaban dos de los cuatro ángeles que Pedro Roldán talló en 1666 para el paso del antiguo y desaparecido Cristo de la Púrpura de la hermandad. Los ángeles, que sujetaban ramilletes de flores de talco, estaban sobre anchas columnas de madera dorada con fuste estriado. Y más hacia los extremos del altar del besamanos veíamos seis blandones de plata con cirios blancos, tres a cada lado, así como dos jarras del paso de palio con flores blancas sobre sendos pies de base cuadrada forrados en color rojo y con apliques de madera dorada.
Finalmente, en el lado izquierdo estaba colocado el pendón morado de Castilla, última de las insignias del cortejo de la cofradía cigarrera, y en el derecho se situaba el estandarte corporativo de la hermandad, que a partir de hoy vive el triduo preparatorio de la Coronación Canónica antes de la misa estacional del próximo sábado.
































 

No hay comentarios:

Publicar un comentario