martes, 16 de octubre de 2018

UN MANTO DEL CERRO Y UNA PEANA DE ALCOSA PARA LA VIRGEN DEL ROSARIO


La imagen de María Santísima del Rosario, de la Hermandad de la Milagrosa, estuvo expuesta en besamanos desde el pasado viernes y hasta ayer, lunes, en el presbiterio bajo de su parroquia. Para este culto, la dolorosa de Francisco Buiza vestía un manto de camarín de color morado bordado en oro perteneciente al ajuar de la Virgen de los Dolores del Cerro del Águila.
Otra hermandad, la de los Desamparados del Parque Alcosa, cedió la peana sobre la que estaba subida la Virgen del Rosario, que contaba también con la característica saya que realizó en 2012 Joaquín Salcedo a partir de una casulla del padre Antonio Pérez Delgado, fundador de la Agrupación Parroquial de la Milagrosa, hoy hermandad de penitencia.
Además, la dolorosa tenía un tocado de encaje, un fajín de tonalidad dorada, la corona de salida, una cruz pectoral, un alfiler con su nombre y la insignia del Centro Asturiano de Sevilla, con el que, por cercanía, la hermandad mantiene una estrecha relación. En cada mano sujetaba un rosario, siendo la derecha la que daba a besar. El que tenía en la mano izquierda era un estreno en este besamanos, regalo del grupo joven de la corporación. Este nuevo rosario tiene cuentas de amatistas color cardenal y un galeón que alude a la batalla naval de Lepanto, que se saldó con la victoria del bando cristiano el 7 de octubre de 1571, lo que dio pie al Papa Pío V a instaurar la fiesta de la Virgen del Rosario, dado que para conseguir la victoria cristiana pidió que todos los creyentes rezaran el Santo Rosario.
Flanqueando a la Virgen del Rosario, había dos de las jarras de su paso de palio con rosas y antirrhinum, así como cuatro candeleros de plata con cera blanca. Más adelantados veíamos dos de los faroles también del palio sobre sendos pies de base cuadrada forrados en terciopelo rojo con galones y apliques dorados, y un gran centro floral a los pies de la imagen.
Detrás, tapando por completo al Santísimo Cristo del Consuelo, crucificado que preside la parroquia, se colocó un altar rematado por un dosel de damasco rojo que, como gotera, tenía la bambalina frontal del antiguo palio de la Virgen del Rosario. Ante el dosel, se situó un manifestador con un crucifijo de madera policromada en la parte superior de una estructura conformada por el paño frontal y uno de los laterales de los respiraderos del paso de palio, además de la actual peana y la antigua.
Dieciocho candeleros con velas blancas, cuatro guardabrisas y otros dos faroles del palio completaban los elementos existentes en el altar, así como el estandarte corporativo de la Hermandad de la Milagrosa en el lado derecho.





































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