sábado, 10 de julio de 2021

CRISTO REY Y LA VIRGEN DE LA ESTRELLA DE JEREZ SE TRASLADAN A SAN MARCOS


La Hermandad de la Borriquita de Jerez vivió este viernes el traslado de sus imágenes titulares desde su sede, la Capilla del Colegio de San José, hasta la cercana Parroquia de San Marcos, donde estarán durante todo este verano, mientras se lleven a cabo diferentes obras que tendrán lugar en el pequeño templo del colegio lasaliano.
Frente al secretismo y la nocturnidad con que la semana pasada tuvo lugar el traslado de las imágenes de las hermandades de la parroquia sevillana de San Pedro también por el inicio de diversas obras, debido a que se mantiene en la Archidiócesis de Sevilla la prohibición de todo culto externo o traslado, la Borriquita de Jerez llevó a cabo ayer este traslado en plena tarde, con música y con público. Hay que tener en cuenta que el Obispado de Asidonia-Jerez permite ya estos actos y cultos, siempre con las debidas medidas de seguridad y con el permiso de las autoridades civiles. De hecho, en los últimos meses ha habido varios ejemplos, como el rosario de la aurora de la Candelaria en octubre (ver) o la salida de la procesión eucarística de la Hermandad Sacramental de Santiago en mayo (ver).
Eran las siete de la tarde cuando las puertas de la capilla lasaliana se abrían y la personal cruz de guía de la hermandad comenzó a avanzar. Lo cierto es que sólo eso, incluso sin los capirotes de raso azul y las túnicas y capas blancas a su alrededor, ya resultó tremendamente emocionante después de todo lo que los cofrades nos hemos perdido hasta la fecha desde que comenzó esta maldita pandemia.
La cruz de guía entre sus habituales faroles cruzó el arco que separa uno de los patios del colegio de la Plaza Nuestro Padre Jesús de la Sagrada Cena. Y tras ella, unos niños que, la mayoría de ellos, ignoran lo que es un Domingo de Ramos con su cofradía abriendo las ilusiones de los cofrades rumbo a la Catedral.


No tardaron en aparecer por la puerta los ciriales que anunciaban la salida de Cristo Rey, que antes de salir se dejó ver por una de las ventanas de la capilla. El Señor, llevado en andas entre los candelabros de su paso y los remates de las capillas que adornan el canasto, salió por fin a las calles de Jerez, aunque fuera por un breve traslado.
Vestido con túnica azul y mantolín rojo, ambos bordados en oro, y luciendo sus potencias de salida, al Señor y a su inseparable borriquita les dio el intenso sol del verano mientras un giro hacia su izquierda servía de despedida de su casa. No faltó la música, en este caso a través de un quinteto de metales de la joven Agrupación Musical de la Clemencia; algo muy especial para una imagen que cada Domingo de Ramos es acompañada por el sonido de cornetas y tambores.
El capataz Martín Gómez Moreno guió a los hermanos que portaban sobre sus hombros a Cristo Rey, que muy despacio fue buscando la calle San Marcos, rodeando la parroquia por su fachada principal.














Tras un segundo tramo de hermanos con cirios y el estandarte corporativo, vimos nuevamente unos ciriales, esta vez antecediendo a Nuestra Señora de la Estrella, la bellísima dolorosa de Sebastián Santos que será coronada canónicamente en octubre de 2023. De hecho, las mascarillas de muchos hermanos llevaban serigrafiado el logotipo de dicha Coronación.
Con saya celeste y manto azul con las vistas bordadas, la Virgen de la Estrella salió de la capilla y un reducido grupo de músicos de la Banda Maestro Enrique Galán, de Rota, interpretó "La Estrella Sublime", primera de las composiciones que iban a sonar en el breve recorrido de la Virgen hasta San Marcos.
Sobre la cabeza, llevaba la preciosa corona procesional, mientras que entre los broches que tenía en el pecherín destacaba la Medalla de la Ciudad de Jerez. Y en las manos, tenía dos rosarios en la izquierda, y otro más junto a un pañuelo en la derecha.
Las andas de la Virgen de la Estrella estaban iluminadas con diez candeleros con cirios blancos, y el exorno floral se componía de claveles y rosas del mismo color, entre otras especies. A sus pies había una media luna, y en los laterales de la peana de madera dorada con espejitos sobre la que se elevaba la imagen se colocaron los característicos ángeles con flores de las esquinas delanteras de su paso de palio.
















Cuando la Virgen de la Estrella estaba empezando a avanzar por la Plaza Nuestro Padre Jesús de la Sagrada Cena, la cruz de guía ya estaba en el interior de la Parroquia de San Marcos. Cristo Rey estaba también muy cerca de alcanzar el templo en sus andas, adornadas con rosas rojas y orquídeas de tonalidad púrpura.
Ya frente a la puerta principal de la parroquia, Martín Gómez Moreno mandó a los hermanos que llevaban al Señor que lo colocaran mirando hacia la gente que se había congregado para asistir a la recogida; una cantidad de personas muy asumible y todas, pese a estar en un espacio exterior, con sus mascarillas.















A los sones de la marcha "Aniversario Macareno" recorrió parte de la calle San Marcos la Virgen de la Estrella, con su capataz, Manuel Serrano Navarro, al frente de las andas. Realizó la dolorosa algunas paradas antes de entrar, llegando a coincidir en paralelo con Cristo Rey cuando éste ya estaba en el interior del templo y al que se le veía a través de una de las puertas laterales. Precisamente las tres puertas estaban abiertas; una medida más de precaución en este traslado.
"Macarena", de Abel Moreno, fue la última marcha que sonó en la calle en este traslado. También la Virgen de la Estrella entró mirando hacia la gente y, tras detenerse junto al paso de la Cena, que se quedó en San Marcos en la Cuaresma de 2020 y ahí permanece, siguió avanzando hasta el presbiterio, donde una representación de la Hermandad de la Cena, con su antiguo estandarte corporativo, recibió a su vecina en su casa.






















En un principio, la Estrella se paró frente a Cristo Rey, aunque posteriormente fue conducida hasta la misma capilla del lado de la Epístola donde quedaron ambos titulares; y ello con los componentes de la Banda Maestro Enrique Galán interpretando de nuevo un fragmento de "La Estrella Sublime".





Con un Padre Nuestro a Cristo Rey y un Ave María a Nuestra Señora de la Estrella, así como con una mención también al Señor de la Sagrada Cena y a Santa María de la Paz y Concordia, finalizó este traslado corto, de apenas cuarenta minutos de duración. Benditas las obras que se van a acometer en la Capilla del Colegio de San José, que nos permitieron vivir un minúsculo trocito de la ilusión de un Domingo de Ramos; de un Domingo de Ramos de verdad, y no de los dos últimos...

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