La Hermandad del Carmen de Santa Catalina está celebrando durante estos días el triduo en honor a Nuestra Señora del Carmen, cultos que incluirán esta noche la misa de salutación y la salve solemne a partir de las once y media, y que culminarán mañana, día de su festividad, con la función principal de instituto a las nueve de la noche.
Si el año pasado la hermandad montó el paso de palio en el presbiterio del templo (ver), para este 2021 la priostía se ha decantado por un altar más convencional para estos cultos entre los que, como es evidente, no están ni el besamanos ni la salida procesional.
Así, la Virgen del Carmen se encuentra en el presbiterio alto, a los pies del retablo mayor, sobre la peana procesional con sus prendas de salida: manto blanco, saya marrón y escapulario del mismo color, todo ello bordado. Además, lleva una toca y su corona de salida, así como la ráfaga, el cetro y la media luna. No faltan los escapularios de mano, un buen número de broches y la medalla de la Real Liga Naval.
Pero la novedad en el aspecto textil está en el Niño Jesús, que está estrenando en este triduo un trajecito de espolín de seda procedente del siglo XVIII; prenda que ha sido confeccionada y donada por el hermano de la corporación Álvaro Roiz Domínguez. Asimismo, el Niño luce corona de oro, un rosario, una pequeña cruz de corales en el pecherín y sus escapularios.
El sencillo altar de cultos se completa con la presencia de cuatro blandones dorados con cirios blancos, dos a cada lado de la Virgen del Carmen, y dos jarras de su paso con diversas especies florales también de color blanco sobre sendos pies de base cuadrada forrados en damasco rojo. Y detrás, en el banco del retablo que preside Santa Catalina entre las tallas de San Pedro y San Pablo vemos diversos candeleros. También hay que apuntar en el lado izquierdo la presencia de San José al estar celebrándose con un año santo el sesquicentenario de su proclamación como Patrono de la Iglesia Universal. Y en cuanto al retablo de la Virgen del Carmen, en la cabecera de la nave de la Epístola, está presidido por la imagen de San Judas Tadeo.
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