Durante la celebración del triduo que ha tenido lugar con carácter extraordinario en la Parroquia de los Desamparados, la imagen de María Santísima de la Purísima Concepción, de la Hermandad del Divino Perdón, ha estado expuesta en besamanos en el presbiterio, ante la Virgen de los Desamparados. Tras el traslado del pasado jueves (ver), ambas imágenes marianas han compartido espacio en estas jornadas con las que la cofradía del Sábado de Pasión está poniendo fin a su XXV aniversario fundacional.
Sobre una peana de plata, la Virgen de la Purísima Concepción ofrecía a sus devotos la mano derecha para que la besaran. Para este triduo y besamanos se ha presentado vestida con un manto de la Virgen del Mayor Dolor de la Hermandad del Calvario de Morón de la Frontera, y con una saya blanca de tisú con bordados en oro y sedas, además de un fajín celeste.
Sobre la cabeza tenía la corona de salida y en el pecherín distintos broches, uno de ellos de la Hermandad de Bellavista, así como un puñal y un alfiler con la palabra Purísima en letras doradas. Del fajín pendían además algún broche y medalla más, y una pequeña cruz. En cuanto a las manos, sostenía un rosario con cada una.
A los pies de la dolorosa de Navarro Arteaga veíamos un gran centro de flores, entre ellas rosas, claveles y antirrhinum, mientras que en dos jarras de su paso de palio había más. Algo más atrás se colocaron cuatro grandes blandones de madera dorada con cirios blancos cedidos por la Hermandad del Cachorro. Y entre cada pareja de blandones se veían la bandera concepcionista y una bandera de España, dado que la Inmaculada Concepción es la Patrona de nuestro país. Por su parte, el estandarte corporativo estaba situado en el lado derecho del presbiterio alto.
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