martes, 19 de marzo de 2019
"AMARGURAS": 100 AÑOS DE LA REINVENCIÓN REGIONALISTA DE SEVILLA
El patio de la Fundación Cajasol, en la Plaza de San Francisco, acogió la semana pasada la exposición "Amarguras: 100 años de la reinvención regionalista de Sevilla", una muestra conmemorativa del centenario de la conocidísima marcha "Amarguras", compuesta por Manuel Font de Anta, posteriormente asesinado en 1936 en Madrid por milicianos republicanos que no lo buscaban a él, sino a su compañero de piso, que no estaba en ese momento.
La exposición, organizada por la propia Hermandad de la Amargura, presentaba un repaso a la época de la creación de la célebre composición desde el punto de vista musical, artístico, social y hasta urbanístico, y glosaba la trayectoria creativa tanto de Manuel Font de Anta como de su hermano José y del padre de ambos, Manuel Font Fernández de la Herranz, responsable de la instrumentación de la marcha ahora centenaria.
Repasando en orden todo lo expuesto, debemos empezar por ver el cartel que anunciaba en 1919 la Semana Santa y la Feria de Abril, obra pictórica de Vicente Barreira Polo.
También veíamos la obra que quedó segunda en el concurso convocado por el Ayuntamiento, y que fue realizada precisamente por un hermano de la Amargura, como fue Santiago Martínez Martín.
Pasamos ahora a una vitrina donde veíamos los retratos a carboncillo de los padres de Manuel y José Font de Anta, pintados al carboncillo en 1952 por José Fernández Venegas. Se trata del padre, Manuel Font Fernández de la Herranz, y la madre, Encarnación de Anta Álvarez.
También se mostraban la partida de bautismo de José Font de Anta, fechada el 14 de agosto de 1892 y perteneciente a la Parroquia de San Lorenzo; y el registro de hermano de la Amargura también de José, de mayo de 1946, cuando tenía 54 años.
Se podía ver además un libro de recortes de la familia Font de Anta de entre los años 1913 y 1920.
En 1922 el pintor José Rico Cejudo pintó dos óleos sobre tabla que dedicó a los hermanos Font de Anta. Se trata de dos paisajes que, de forma muy familiar, el pintor dedica a Manolo y a Pepe.
Veíamos después una foto del que era hermano mayor de la Amargura cuando se compuso la marcha, Rafael Montaño de la Bastida, junto a una nota de agradecimiento de Manuel Font de Anta por las atenciones recibidas por parte de la hermandad y el obsequio que se le entregó. Está firmada el 28 de septiembre de 1920.
Continuamos con la medalla de hermano de la Amargura de José Font de Anta.
Manuel Font Fernández de la Herranz insistió mucho a su hijo para que compusiera una marcha para la Virgen de la Amargura, pero las múltiples ocupaciones del joven músico no le permitían cumplir con el deseo de su padre. Finalmente, Fernández de la Herranz le envió a su domicilio en Madrid un tarjetero chino que contenía cuatro pequeñas fotos del rostro de la Amargura y una nota en la que le indicaba que, si no componía la marcha por él, al menos que lo hiciera por la propia Virgen. Surtió efecto la petición y, en unas pocas horas, la melodía principal estaba hecha. En la exposición pudimos ver tanto el tarjetero como las cuatro fotos.
A continuación, se podía ver la partitura original de "Amarguras", que probablemente se llame así, en plural, porque fueron cuatro pequeñas Amarguras las que inspiraron al autor. La partitura, que en su portada tiene anotada la explicación de cada parte de la composición, está fechada el 14 de marzo de 1919.
La Hermandad de la Amargura no estrenó en 1919 únicamente su marcha procesional más conseguida, sino también una túnica, conocida como de rocallas, confeccionada por Juan Manuel Rodríguez Ojeda. En la muestra veíamos los bordados del pecho y de una de las mangas de esta pieza que en 1999 sería reproducida por el taller de Santa Bárbara.
Se exponía a continuación un óleo sobre lienzo de 1952 en el que José Fernández Venegas pintó un retrato de Manuel Font de Anta cuando ya habían pasado dieciséis años de su asesinato.
Del propio músico veíamos su testamento, que custodiaba el abogado Rodrigo Molina Pérez en su despacho de Madrid.
A su lado, estaba el libro de cuentas de la Hermandad de la Amargura que comprende los años 1918 a 1928, donde constaba la copia de los papeles de la marcha "Amarguras", de Manuel Font de Anta.
Seguidamente, se mostraban tres curiosos retratos de José Font de Anta. Uno de ellos fue realizado por el escritor Miguel de Unamuno, pintado a lápiz y tinta sobre papel. El segundo es de José Lafita, también de tinta sobre papel, de 1915. Y el tercero lo pintó en 1924 José María Romero Escacena.
Pasamos a ver ahora el registro de la propiedad intelectual de la marcha "Amarguras", fechado en febrero de 1922, y donde figura como autor José Font de Anta. Aunque fue Manuel el principal autor de la composición, se da por hecho que José colaboró con su hermano en la tarea encargada por su padre.
Para ver la importancia de la trayectoria musical de los Font de Anta, la exposición mostraba también partituras de muy diversas composiciones. Por ejemplo, de la "Fantasía de la Zarzuela", de 1914, con instrumentación conjunta de Manuel Font de Anta y de su padre, Manuel Font Fernández de la Herranz. La letra de la zarzuela en un acto, seis cuadros e intermedio musical era de José Luis Montoto de Sedas y de Antonio R. Leonis.
A su lado, estaba la partitura de "La nieta de Carmen", una canción andaluza de 1917 dedicada a Bizet, con música de Manuel Font de Anta y letra de Eduardo Montesinos. Fue compuesta para Pastora Imperio y muy popularizada por Sara Montiel en la película "El último cuplé".
La partitura de "La arriá en Triana" es la siguiente que veíamos, una canción andaluza compuesta en 1923 por Manuel Font de Anta en la música y Luis Manzano en la letra. Se compuso para Dora la Cordobesita, esposa del torero Chicuelo.
También se mostraba la partitura del pasodoble "La plaza de España", compuesto por Manuel Font de Anta en 1929 para la Exposición Iberoamericana, para la que precisamente el arquitecto Aníbal González diseñó la sevillana Plaza de España.
Volviendo a las marchas procesionales, Manuel Font de Anta compuso en 1915 "La Caridad", que fue instrumentada por su padre para la Banda Sinfónica Municipal de Sevilla, que es la propietaria de ésta y de las anteriores partituras.
Un año antes de "Amarguras", en 1918, Manuel Font de Anta compone otra de las grandes marchas de la Semana Santa sevillana, como es "Soleá, dame la mano", de la que se cuenta que fue compuesta inspirada en las saetas que los presos de la cárcel del Pópulo le cantaban a la Esperanza de Triana cada mañana del Viernes Santo.
Volvemos a José Font de Anta, al que pertenecía el violín que se exponía en una vitrina, y del que se indicaba que fue el primero que tuvo el músico, a principios del siglo XX.
Como curiosidad, en la exposición se encontraba también la mascarilla funeraria que Viriato Rull hizo del rostro del escultor Antonio Susillo, quien fue el autor de las actuales manos de la Virgen de la Amargura, después de que se quemaran las anteriores en un incendio fortuito ocurrido en su paso de palio por la Plaza de San Francisco en 1893. Susillo, por cierto, acabaría suicidándose disparándose un tiro en la cabeza junto a las vías del tren, sin que se conozcan exactamente los motivos que le llevaron a ello. La mascarilla funeraria fue donada hace pocos años a la Hermandad de la Amargura.
Y llegamos a los elementos centrales de la exposición, como eran el manto que tenía la Amargura cuando se estrenó la marcha de Font de Anta y el manto actual, obras ambas de Juan Manuel Rodríguez Ojeda. Los dos estaban, uno junto al otro, colgando de una de las barandillas del patio de la Fundación Cajasol. A la izquierda, se encontraba el antiguo, propiedad hoy de la Hermandad del Desconsuelo de Jerez. Forma parte de un conjunto al que hay que sumar las caídas y el techo del palio, también hoy en la misma hermandad jerezana. El palio fue bordado en oro en 1904, mientras que el manto se realizó un año más tarde, todo ello sobre terciopelo azul.
Apenas veinte años después del estreno de este palio y manto azules de Rodríguez Ojeda, la Hermandad de la Amargura le encarga otro, pero ahora en terciopelo rojo. Para sufragar su coste fueron muy útiles las 19.500 pesetas de la época que pagó por el conjunto anterior la cofradía del Desconsuelo de Jerez. Además del cambio de color, Ojeda diseñó para esta nueva obra un dibujo más detallado, con elementos de menor tamaño y dejando menos espacios visibles al terciopelo.
La presencia de estos dos mantos, que curiosamente han sido los dos restaurados años atrás por José Ramón Paleteiro, se completaba con dos fotografías de gran tamaño, una a cada lado del patio, del paso de la Amargura con el anterior conjunto de palio y manto, y con el actual.
Un siglo hace ya de la creación del considerado como el himno de la Semana Santa de Sevilla, que de hecho suena cada año en el Pregón del Domingo de Pasión, e incluso la Hermandad de la Resurrección cierra la Semana Santa con esta marcha mientras la Virgen de la Aurora entra en Santa Marina y llega hasta el presbiterio al finalizar su estación de penitencia.
Si ya es de por sí una de las marchas más clásicas y por ello más interpretadas, este año seguro que sonará en muchas más ocasiones este poema sinfónico que surgió de la insistencia de un padre y de cuatro pequeñas Amarguras que inspiraron al hijo.
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Informaciòn extraordinaria veraz con documentaciòn que asì lo acredita.Por lo que la marcha creada para la Santisima Virgen de la Amargura se titulò "Amarguras".
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