La dolorosa de la Hiniesta estuvo expuesta en besamanos el pasado fin de semana en el presbiterio de la Parroquia de San Julián, donde se presentó a los devotos vestida con su manto procesional y con una saya nueva, bordada en oro y plata por Manuel Solano sobre terciopelo azul, siguiendo el estilo de los diseños de Juan Manuel Rodríguez Ojeda, autor del conjunto de palio y manto de la corporación del Domingo de Ramos.
La Virgen que tallara Antonio Castillo Lastrucci lucía su corona procesional, un puñal, un alfiler con su advocación, una pequeña cruz y la réplica de la Medalla de la Ciudad en el pecherín, y sostenía con la mano izquierda un rosario y un pañuelo, mientras que la derecha la ofrecía a los fieles.
Se encontraba elevada sobre una fina peana plateada y flanqueada por dos candelabros de plata con cirios blancos y dos jarras de su paso de palio con diversas especies florales del mismo color, todo ello colocado sobre sendos pies de base cuadrada con decoración pictórica.
Al fondo, seis candeleros, tres a cada lado, rematados con las perillas de los varales y unidos por un cordón conformaban una especie de barandilla en las escaleras altas del presbiterio, donde a uno y otro lado veíamos unos pequeños doseles de terciopelo y damasco ante los que estaban el libro de reglas y el Niño Jesús vestido de nazareno del cortejo del palio de esta hermandad, además de pequeñas jarras, otros candelabros y unas bandejas.
Finalmente, el camarín de la Hiniesta Gloriosa se encontraba presidido por el trono cedido por la Hermandad de Santa Genoveva, ante el que se situó una escalinata forrada en color rojo para indicar la bajada de la Virgen desde los Cielos al encuentro con sus devotos.
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