La Hermandad del Gran Poder celebra desde hoy, viernes, y durante todo el fin de semana, el besamanos a María Santísima del Mayor Dolor y Traspaso, coincidiendo con el triduo en su honor. Por este motivo, la dolorosa se encuentra en el presbiterio alto de la Basílica sobre una peana de madera tallada, dorada y policromada, y vestida tal y como sale a las calles durante muchas de sus estaciones de penitencia en la Madrugá.
Así, la Virgen lleva manto y saya de terciopelo rojo bordados en oro, obra de Juan Manuel Rodríguez Ojeda de 1904, y lleva la corona procesional, de plata sobredorada realizada en 1798 por Juan Ruiz. Además, luce en el pecherín un puñal de plata, un broche con un corazón traspasado por un puñal y una pequeña cruz. En las manos no tiene nada, siendo la derecha la que ofrece a los devotos.
Flanquean a la Virgen del Mayor Dolor y Traspaso dos jarras sobre pies de base cuadrada cubiertos de terciopelo rojo con galones dorados, mientras que más atrás vemos los candelabros de cola de su paso de palio colocados sobre la base de dos blandones dorados del templo.
Más atrás, en distintos puntos del altar de la Basílica se han colocado más jarras, muchas de ellas del palio, todas con diversas especies florales de color blanco. Algunas de estas jarras están elevadas sobre columnas de madera dorada de fuste estriado. También vemos dos de los ángeles del paso del Señor del Gran Poder y, en la hornacina de culto habitual de la dolorosa, el simpecado de la cofradía. Finalmente, en los extremos del altar hay dos candelabros de plata con diversas velas blancas.
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