La Hermandad de la Milagrosa celebró entre el sábado y este lunes el anual besamanos a Nuestro Padre Jesús de la Esperanza, que se presentó a los devotos en el presbiterio de la parroquia, colocado sin peana alguna directamente en el suelo, donde sólo había un par de alfombras.
Vestido con la túnica color salmón, el Cristo que talló José Antonio Navarro Arteaga estaba flanqueado por dos jarras del paso de palio de María Santísima del Rosario que portaban rosas malvas, claveles de color corinto, lirios morados y estátice. Además, delante y detrás de la imagen, delimitando el espacio destinado al besamanos, veíamos cuatro de los faroles también del palio de la hermandad.
Tanto las jarras como los faroles estaban elevados sobre sendos pies de base cuadrada forrados en terciopelo rojo con galones dorados, y en el centro, ante el Señor, había más flores como las que se encontraban en las jarras.
Al fondo, presidía la parroquia ante el dosel de cultos la Virgen del Rosario junto a San Juan Evangelista, en un altar para el que se habían utilizado diferentes elementos del palio como parte de los respiraderos, la peana, los otros dos faroles, otras dos pequeñas jarras y algunos candeleros con cera blanca. Esa iconografía de la Virgen con San Juan a su lado no se ve bajo palio por Ciudad Jardín desde 2010, último año en que ambas imágenes salieron juntas en el paso.
Finalmente, en el lado derecho del presbiterio alto, junto al altar, se encontraba el estandarte corporativo de esta cofradía del Sábado de Pasión.
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