La imagen de Nuestra Señora del Rosario, de la Hermandad de los Humeros, bajó el pasado fin de semana de su altar, en el retablo mayor de la capilla de la calle Torneo, para recibir desde la cercanía a los devotos. La imagen fue situada para ello en el presbiterio alto del pequeño templo, donde presidió la vigilia de oración en la noche del sábado y la Solemne Misa de Rosas en la mañana del domingo.
Luciendo sus diferentes enseres de orfebrería dorada con los que sale a las calles cada 12 de octubre, la Virgen del Rosario se presentó a los fieles vestida con el manto blanco con decoración floral pintada a lo largo de toda su superficie. Además, estaba elevada sobre su peana procesional, ante la que se dispuso un gran centro floral.
En los laterales de la imagen se colocaron varias jarras con diversas especies florales de tonalidades blanca y amarilla, así como dos mesas de madera dorada. Encima de cada una de ellas había dos jarritas también con flores y un candelabro plateado con cinco velas blancas.
Al fondo, un cortinaje de damasco rojo ocultaba parte del retablo, y ante éste se ubicó el dosel de cultos de la hermandad. Igualmente se colocaron diez candeleros con cirios blancos de gas, tres sacras y cuatro jarras con las mismas flores ya mencionadas. Por último, hay que indicar la presencia de cuatro blandones dorados con cirios blancos también de gas, dos a cada lado de la escalera de acceso a la parte alta del presbiterio.
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