Media hora más tarde de la salida de la Virgen del Rosario de San Vicente (ver), hacía lo propio la Virgen del Rosario de Santa Catalina, la últimas de las imágenes con esta advocación que sale a las calles cada año. Una salida que presentaba dos estrenos: uno textil y otro musical, como ahora veremos.
La cruz de guía entre ciriales abría el cortejo, seguida del simpecado, el libro de reglas, el estandarte corporativo, la representación de la Real Liga Naval, la presidencia y el cuerpo de acólitos.
El recorrido condujo a la Virgen del Rosario por Ponce de León hacia Francisco Carrión Mejías en dirección a la plaza de San Leandro. A continuación, tomó Alhóndiga para seguir por Almirante Apodaca y la plaza de San Pedro, de la que salió luego por Doña María Coronel a los sones de la marcha "Rocío".
Como queda dicho, hubo un estreno musical en esta salida, como fue la presencia tras el paso de la Virgen del Rosario de la Banda de Música Ciudad de Dos Hermanas. La otra novedad fue textil, ya que se estrenó la túnica de la imagen del Niño Jesús, confeccionada por Álvaro Roiz en otomán de oro, con encajes también de oro y flecos de canutillo.
Por su parte, la Virgen del Rosario vistió su manto de salida de color rojo, saya blanca, fajín hebraico y toca de sobremanto, y lució sus habituales enseres de orfebrería dorada sobre un paso que en un futuro también será dorado, ya que ése es el proyecto de la Hermandad del Carmen y Rosario de Santa Catalina.
El paso fue comandado por el capataz Emilio Moreno y desde Doña María Coronel giró a la calle Gerona con la marcha "Mater mea", a la que después siguió "Como tú, ninguna".
El itinerario marcado para esta salida llevó a la Virgen del Rosario a acercarse en diversas ocasiones a las inmediaciones de Santa Catalina. Así lo hizo de nuevo cuando dejó atrás la estrechez de Gerona y giró a Capataz Manuel Santiago mientras la banda tocaba "El Cachorro. Saeta sevillana".
Poco después, cuando la banda estaba a punto de interpretar otra marcha, el paso se detuvo junto a un bar de la plaza de los Terceros. Su propietaria, de nombre Luisa, fue invitada a tocar el llamador en una levantá que le fue dedicada.
Seguidamente, la Virgen del Rosario se internó por Bustos Tavera con la marcha "María Santísima del Dulce Nombre" y después se paró a la altura del antiguo Convento de la Paz, donde una representación de la Hermandad de la Sagrada Mortaja salió a recibir a la cofradía vecina. Tras la siguiente levantá, el capataz mandó que el paso se volviera ante los cofrades del Viernes Santo, lo que hizo mientras sonaba "Virgen del Valle".
La dedicatoria de la siguiente levantá fue para la cofradía que cierra el Viernes Santo y su hermano mayor tocó el llamador. Después, el paso de la Virgen del Rosario se marchó a los sones de "Coronación de la Macarena", hasta quedar detenido en la confluencia con Doña María Coronel y Peñuelas.
Esta última fue la calle que tomó el paso cuando se levantó al tiempo que la Banda Ciudad de Dos Hermanas interpretaba una versión de "La saeta". Posteriormente, la Virgen del Rosario alcanzó la plaza de San Román con "Madre Hiniesta" y se paró a pocos metros del templo que durante tantos años fue sede provisional de las tres cofradías de Santa Catalina por el cierre de ésta. Precisamente fue la de la Virgen del Rosario la última procesión que salió de San Román apenas unas semanas antes de la reapertura de Santa Catalina en 2018 (ver y ver).
Tras una levantá dedicada a la familia de capataces Ariza por la presencia de Ramón, que antes estuvo viendo a la Virgen del Rosario de San Vicente por la zona del Museo, el paso sorteó los pivotes instalados ante la puerta ojival de San Román y se acercó a ella mientras la banda tocaba "Virgen de los Reyes". Después, el sacristán fue el encargado de hacer sonar el llamador ante la ausencia del párroco, Francisco José Blanc Castán, por cuya salud se pidió a la Virgen en este momento tras cantar el Ave María.
Rosas, lisiantum, antirrhinum, flor de cera, eucalipto y diversos verdes componían el exorno floral del paso de la Virgen del Rosario, que se alejó de San Román hacia la calle Sol a los sones de "Margot". Después sería el turno de la marcha "La Esperanza de Triana" y de "Penitente", la composición dedicada a la memoria del recordado capataz Salvador Dorado, con la que el paso llegó hasta la Iglesia de los Terceros y se volvió ante la puerta, donde había una representación de la Hermandad de la Cena. Se daba la circunstancia de que tras ella se veía el paso de palio de la Virgen del Rocío de la Hermandad del Beso de Judas, que se encuentra en este templo con motivo de una exposición rociera (ver).
El propio hermano mayor de la Cena hizo sonar el llamador para que la Virgen del Rosario continuara su camino buscando de nuevo la plaza de los Terceros mientras los músicos tocaban "Corpus Christi".
Eran los últimos metros de la salida procesional y, después de que la hermandad no pudiera celebrar dos salidas procesionales de la Virgen del Carmen y una de la Virgen del Rosario por la pandemia, se iba a aprovechar esta recta final hasta el templo.
Así, mientras se escuchaba "Pasan los campanilleros", el capataz dio libertad a los costaleros para que realizaran algunas florituras con el paso al son de la partitura. La Virgen del Rosario llegó así casi hasta Santa Catalina, realizándose aquí el último relevo de costaleros para dejar paso a los encargados de realizar la entrada.
A continuación, el paso se levantó, alcanzó la puerta y giró ante ella mientras sonaba por dos veces "La Estrella Sublime". Después, el paso se detuvo y Emilio Moreno pidió que la última levantá en la calle fuera a pulso. Además, avisó de que antes de entrar el paso se volvería hacia la banda de música, lo que hizo como agradecimiento a su estreno con la cofradía. La última marcha fue "Esperanza Macarena" y luego tuvo lugar la entrada del paso en el templo y la interpretación del Himno de España cuando faltaba un minuto para las diez y media de la noche.
Teniendo en cuenta como empezó el año y, sobre todo, cómo fue el anterior, el templo de Santa Catalina no puede quejarse. La mitad de las procesiones que debían haber salido de su interior, Santa Lucía (ver) y la Virgen del Rosario, han podido hacerlo en este 2021. La próxima será la Hermandad de la Exaltación en una muy esperada Semana Santa de 2022.
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