martes, 6 de abril de 2021

ESCENAS DE LA PASIÓN. MISTERIOS DE SEVILLA


Dentro del ambicioso programa de actividades diseñado por el Consejo de Hermandades y Cofradías para estas pasadas y atípicas Cuaresma y Semana Santa bajo la denominación común de "Cuaresma en Sevilla", ha destacado la muestra titulada "Escenas de la Pasión. Misterios de Sevilla", que ha estado instalada en el Casino de la Exposición entre el 15 de marzo y el pasado Domingo de Resurrección.
Se trataba de la presencia de ocho misterios de otras tantas hermandades montados en el salón principal de dicho edificio formando un círculo. Eso sí, sin las imágenes titulares; sólo las tallas secundarias (y un antiguo titular) colocadas al nivel del espectador con idea (al menos así se presentó) de hacerle fijarse en detalles no demasiado perceptibles con esas figuras subidas en sus pasos cuando están en la calle o en sus respectivos templos.
Insisto en que ésa era la idea inicial con la que se presentó esta muestra; aunque con una limitación de veinte minutos para contemplarla (lo que sale a dos minutos y medio por misterio), difícilmente pudo nadie detenerse en contemplar cada detalle de cada misterio de una forma que realmente justificara la intención con la que se anunció, por no decir que realmente justificara la exposición en sí misma.
En cualquier caso, vamos a repasar cómo estaban presentados cada uno de estos ocho misterios, alrededor de los cuales había textos alusivos al pasaje de la Pasión de Cristo que representa cada uno de ellos. Eso sí, invertir esos dos minutos y medio por paso en leer dichos textos ya sí que era misión imposible. O contemplación de imágenes o lectura de textos...
Comenzamos, al estar colocados en orden cronológico a la Pasión, por la Hermandad de los Panaderos, que llevó al Casino de la Exposición todas las tallas secundarias que componen la escena del Prendimiento, conjunto escultórico de Antonio Castillo Lastrucci estrenado en 1945, incluyendo al Señor, aunque en un principio la cofradía no tenía intención de desprenderse del que hasta entonces era su titular, el antiguo Señor del Soberano Poder, hoy en la Parroquia del Juncal bajo la advocación de Cautivo (ver).
El misterio está dividido en dos escenas: delante, los sayones y romanos que van a prender a Jesús; detrás, alrededor del olivo, San Juan, Santiago, San Pedro y Judas Iscariote. Destacan la postura de San Juan, apartando una rama del olivo para ver lo que ocurre, y cómo Judas se lleva una mano a la cabeza en señal de arrepentimiento por su traición.







Siguiendo el sentido inverso a las agujas del reloj, continuaba la exposición con el misterio de las Negaciones de San Pedro, de la Hermandad del Carmen Doloroso, realizado, como Nuestro Padre Jesús de la Paz, por Francisco Reyes Villadiego entre 1997 y 2000. 
Como en el misterio anterior, el Señor se sitúa en el centro. Delante de él, San Pedro aparta su mirada negando ser uno de los doce frente a las acusaciones de un judío y una criada del palacio de Anás, que están sentados en la delantera. Junto al Señor va un soldado romano y otro está detrás, donde también vemos a José de Arimatea entre San Juan y un sayón que sujeta la cuerda con la que Jesús va atado. Como curiosidad ya de sobra conocida, el misterio incluye un gallo que canta tras las tres negaciones de San Pedro, tal como el Señor le había anunciado, lo que motivará tras la Resurrección que el apóstol arrepentido le pregunte por tres veces si le ama.








A continuación encontrábamos el misterio de la Hermandad de San Gonzalo, el de Nuestro Padre Jesús en su Soberano Poder ante Caifás. Estas tallas estrenaban los nuevos ropajes diseñados por José María Leal y confeccionados por José María Librero y por Jesús Domínguez. Días atrás ya habían sido presentados en una exposición celebrada en el Círculo Mercantil e Industrial de Sevilla titulada "Ante el Sanedrín" (ver).
Destaca en el misterio la figura de Caifás en la delantera, obra de Luis Ortega Bru de 1977, realizada en consonancia artística con la imagen del Señor, tallada dos años antes. El resto del misterio lo componen José de Arimatea, Anás, un soldado romano y un esclavo arrodillado sujetando el Libro de las Profecías en el que se basa Caifás para juzgar al Señor, tallas de Antonio Castillo Lastrucci de inicios de los años sesenta.
Completa la escena el sitial de Caifás, tallado en 1970 por Manuel Guzmán Bejarano según el diseño de Antonio Garduño Navas.








El cuarto misterio era el del Desprecio de Herodes, de la Hermandad de la Amargura, compuesto por seis figuras (Herodes, dos judíos acusadores y tres soldados romanos), todos ellos tallados por Manuel Gabella siguiendo el diseño de Cayetano González entre 1937 y 1940.
En la escena, Herodes mira con recelo al Señor del Silencio mientras dos acusadores le hablan mal de aquél a quien el tetrarca tenía muchas ganas de conocer para presenciar algún milagro. Custodian al Señor tres soldados romanos, de los que uno llega a increparle directamente por guardar silencio ante la insistencia de Herodes, quien acaba despreciándole al considerarlo un loco.
Hay que apuntar que ha habido cierta guasa por la ausencia del artístico trono de Herodes que va en el paso de misterio, que en la exposición ha sido sustituido por un simple sitial de color blanco que algunos han querido asemejar a la trona de un bebé.







Pasamos al misterio de la Sentencia, de la Hermandad de la Macarena, donde Pilatos se lava las manos tras condenar a Jesús a morir en la cruz pese a la insistencia de su mujer, Claudia Prócula, que le advierte de las terribles consecuencias que ha visto en sueños por llevar a la muerte a un hombre justo. Un judío se encarga de leer la sentencia en presencia de otro y de tres soldados romanos, mientras un esclavo acerca al gobernador la palangana con el agua para lavarse las manos y su mujer le implora inútilmente.
Todas las figuras secundarias son obra de Antonio Castillo Lastrucci de 1929, a excepción del soldado situado junto a Pilatos, que es de Luis Álvarez Duarte, de 1978. En el diseño original de la escena, Castillo ideó que el Señor de la Sentencia mirase hacia Pilatos, aunque como sabemos actualmente mira hacia la delantera del paso.
Destacan las corazas de los soldados romanos, labradas en plata en 2008 por Manuel Jiménez Almagro con diseño del imaginero Fernando Aguado.









La sexta escena de la Pasión es la del Santísimo Cristo de las Tres Caídas, de la Hermandad de la Esperanza de Triana. Una cruz marcaba el lugar que en el misterio ocupa el Cristo, alrededor de la cual estaban las tallas secundarias, realizadas a principios de los años cuarenta por Antonio Castillo Lastrucci, que como vemos fue el gran creador de misterios del siglo XX en Sevilla.
En la delantera, marcando el camino a Jesús, va a un centurión romano a caballo, mientras que detrás ayuda al Señor portando la cruz Simón de Cirene en presencia de una mujer con sus dos hijos, haciendo alusión al encuentro de Jesús con un grupo de mujeres camino del Calvario y a sus palabras: "Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí. Llorad más bien por vosotras y por vuestros hijos".
Completaba la escena el esclavo etíope que actualmente ya no va en el paso, pero que tanto en el museo de la hermandad (ver) como aquí se quiso recuperar para que los visitantes se hicieran una idea de cómo era este misterio tal y como lo diseñó Castillo. Este esclavo fue utilizado durante muchos años para su paso de misterio por la Hermandad de Jesús Despojado.









Precisamente ese misterio, el de Jesús Despojado, es el que veíamos a continuación, cuyas tallas secundarias son obra de Manuel Ramos Corona, quien las realizó entre 1998 y 2002. Son dos soldados romanos, un sayón que está quitándole al Señor la túnica tras llegar al monte Calvario, otro que le mantiene sujeto con una cuerda, otro que le ofrece un cáliz con hiel y uno más detrás que coloca el titulus crucis, el INRI, en la cruz momentos antes de la crucifixión.
Cabe recordar que la postura del sayón que ofrece el cáliz fue objeto de polémica por las críticas que recibió del responsable de la Comisión de Patrimonio del Arzobispado, aunque el propio arzobispo, Fray Carlos Amigo, acabó apoyando a la hermandad y respaldando la calidad del misterio.








Y llegamos al octavo y último misterio, el del Santísimo Cristo de las Cinco Llagas, de la Hermandad de la Trinidad, donde vemos a Nicodemo subido a la cruz para proceder al descendimiento del cuerpo inerte del Señor, mientras que abajo están José de Arimatea, San Juan Evangelista y las tres Marías con el sudario con el que van a realizar la mortaja. Faltaría la Virgen de la Concepción, que al ser titular de la hermandad no fue llevada a la exposición.
En cuanto al crucificado, es el antiguo Cristo de las Cinco Llagas, que fue titular hasta 1981, año en que fue sustituido por el primero que talló para la cofradía Manuel Hernández León, hoy en la Parroquia de San Juan de Ribera en el Polígono de San Pablo (ver). Este primitivo Cristo es obra anónima de principios del siglo XVI y fue realizado en madera, pasta y telas encoladas. Su mal estado justificó que fuera sustituido.
En cuanto al resto del misterio, José de Arimatea está atribuido al círculo de Pedro Roldán (siglo XVII), San Juan es de autoría anónima de entre los siglos XVII y XVIII, mientras que las Marías serían de los años veinte del pasado siglo, realizadas por Ángel Rodríguez Magaña. La talla de María Cleofás es la antigua Virgen de la Concepción.











Una muestra muy interesante, aunque lamentablemente la estricta limitación de tiempo dada a los visitantes para contemplarla haya hecho imposible el cumplimiento del objetivo fundamental que se anunció en su presentación. Por tanto, una buena idea rematadamente mal ejecutada. En cualquier caso, ha servido para dotar de contenido a esta Cuaresma y esta Semana Santa con ganas, muchas ganas de cofradías.

No hay comentarios:

Publicar un comentario