martes, 25 de mayo de 2021

VENERACIÓN A LA VIRGEN DEL MAYOR DOLOR EN SU SOLEDAD DE LA CARRETERÍA


Como cada mes de mayo, la Hermandad de la Carretería ha celebrado los cultos en honor a Nuestra Señora del Mayor Dolor en su Soledad, que concluyeron este domingo con la exposición a la veneración de la dolorosa en el presbiterio de la Capilla de las Tres Necesidades, de la que falta desde el mes pasado el Santísimo Cristo de la Salud, que está siendo restaurado por Pedro Manzano.
La Virgen del Mayor Dolor, sobre la peana de su paso de palio, se presentaba a sus devotos vestida con su manto de salida, bordado por las Hermanas Trinitarias en 1959, y con la saya de terciopelo burdeos bordada por Manuel Solano en 2017. Llevaba también la corona procesional y un puñal en el pecherín. Las dos manos, al no poder celebrarse el besamanos tradicional, las tenía extendidas con las palmas hacia arriba y con la derecha sostenía un pañuelo de encaje.
Alrededor de la dolorosa de Álvarez de Albarrán había cuatro jarras de su paso de palio con diversas flores blancas que también estaban en un centro ante la imagen y en pequeñas jarras que adornaban el altar montado detrás, ante un cortinaje de terciopelo rojo. Un dosel formado por una crestería de madera dorada y la caída frontal del palio cobijaba el sinelabe de la corporación entre dos jarras con flores de talco.
El altar quedaba iluminado por un gran número de candeleros con cera blanca y también veíamos varias sacras y los pequeños ángeles mancebos de orfebrería que forman parte del paso de palio. Además, en el centro había un pequeño manifestador de madera dorada con la miniatura de la Inmaculada Concepción que va en la delantera del palio, dos ángeles y dos pequeños candelabros de tres velas cada uno. Por último, el estandarte corporativo se encontraba en el lado derecho de todo el montaje.
























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